Buena suerte, Scott

Ya sé que ésta no es la primera vez que uno de los grandes decide abandonar el sector, pero la verdad, y estoy segura de que no me equivoco, es que cuando alguien como Scott McNealy dice adiós se lleva con él un gran trozo de la historia de este sector. Y esto es lo que ocurrió el pasado lunes cuando se anunció que Sun continuaba registrando pérdidas. No voy a entrar a analizar la estrategia de Sun, porque no es ni el momento ni el sitio; mi objetivo únicamente es que la figura de McNealy debería ser recordada por mucho más que por las últimas pérdidas de su compañía. Era de esos ejecutivos que “dan vida” al sector en el que trabajan. Sus intervenciones públicas eran realmente apasionadas y a nadie dejaba indiferente. El creía en lo que hacía y, aunque no se estuviera de acuerdo con él, era digno de admirar. Era de principios tan firmes que nunca daba marcha atrás, tanto es así que su apología contra el PC era todo un compendio de alto razonamiento tecnológico, aunque estuviera alejado de la realidad. Pero lo mejor eran sus referencias a Microsoft. No había intervención pública de McNealy en la que no arremetiera contra la empresa de Bill Gates y, es más, a tanto llegó que los asistentes a sus charlas esperaban ese momento con gran espectación. Quien no recuerda aquellas pantallas de un Windows bloqueado! Era parte de un espectáculo absolutamente medido y controlado. Eran días en los que la discusión estaba en la tecnología; eran por supuesto otros tiempos a los actuales. Por ello, con la marcha de McNealy el sector de las tecnologías de la información pierde a una de sus máximas figuras.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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