BPM y la metodología de la "bola de cristal"
Uno de los problemas típicos de las soluciones convencionales de BPM que sufren las empresas es que se hace demasiado hincapié en la planificación por fases. Por este motivo, los tiempos de desarrollo de TI se prolongan eternamente, puesto que se dedica mucho tiempo a “darle vueltas” al problema: se utiliza el método de la “bola de cristal” para anticipar y abordar todos los posibles problemas que puedan surgir hasta diseñar la solución idónea. Sin embargo, al adoptar el concepto de un desarrollo de BPM interactivo y ágil, es posible implantar un sistema en menos de 90 días, con el conocimiento seguro de que se podrá modificar en el futuro en función de las necesidades.Dicho esto, ¿cuál es el problema? En primer lugar, que el mercado de BPM sigue fragmentado y los proveedores, que dan opiniones muy diferentes sobre lo que es BPM, se basan en su patrimonio y en sus puntos fuertes más que en los principios subyacentes de la BPM en sí.
Otro indicador de la falta de verdadero progreso empresarial como resultado de adoptar la BPM es la cantidad de empresas que se dedican a construir infraestructuras de procesos de negocio que conllevan mucho tiempo. Una vez más, para ser realmente efectivo, BPM tiene que estar destinado a la mejora del negocio, empezando por poco y creciendo rápidamente, incrementando así el ritmo del cambio. En lugar de construir infraestructuras empresariales, resulta más eficaz el enfoque de “abrir varios frentes” en distintos lugares con tecnología de BPM, que es totalmente escalable.
Por último, la cara negativa de la metodología de la bola de cristal se hace más visible a medida que los cambios en el mercado se aceleran, provocando casi de forma inevitable que las empresas no se ajusten a las necesidades del cliente.
Jeremy Payne es director de marketing para Europa de Pegasystems.