BPM, factor clave para el mundo "bajo demanda"
Las empresas que consiguen incorporar la tecnología “bajo demanda” a sus procesos de negocio son más flexibles, es decir, se adaptan a su entorno y pueden dimensionarse en función del mercado en el que operan. Además, destacan por su eficacia, lo que les permite conseguir importantes reducciones de costes y mejores tiempos de respuesta, con lo que los clientes están más satisfechos.
Pero para llegar a contar con procesos de negocio “bajo demanda” es muy importante que las organizaciones dispongan de un buen sistema para gestionarlos y con la capacidad de instalarlos a través de una arquitectura orientada a servicios (SOA), que permita interconectar las diferentes actividades y servicios que los conforman. Por tanto, es clave implementar una arquitectura orientada a servicios que funcione con unas herramientas o una metodología de desarrollo de procesos que permita que todo funcione perfectamente una vez que esté en marcha. Esta es precisamente el área en la que cobra protagonismo la gestión de los procesos de negocio o BPM (Business Process Management).
Según un reciente estudio elaborado por la revista Fortune, el 80% de las empresas encuestadas había alterado sus modelos de negocio en un período de 2 años. Más de dos tercios afirmaban que la poca flexibilidad de sus sistemas de información había obstaculizado esos cambios. Para todas estas empresas lo importante es mejorar su productividad y sus cuentas de resultados, gracias tanto a un aumento de los beneficios como a una reducción de los costes, y a ello deben ayudar las soluciones de gestión de los procesos de negocio.
Las soluciones BPM permiten a las empresas ser más flexibles porque dividen los procesos en tres etapas: diseño; puesta en marcha; y seguimiento. Es posible intervenir en cada una de ellas sin que sea necesario hacer grandes y costosos cambios. Además, el proceso completo permite la retroalimentación, es decir, una vez que se han cumplido las tres etapas, se puede reiniciar el ciclo para buscar posibles mejoras. Las distintas fases que lo integran son el diseño de los componentes, la puesta en marcha y el seguimiento o análisis completo del proceso.
La gestión de los procesos de negocio se ejecuta a través de servicios cuya óptima implementación se haría en una arquitectura SOAS. Su implementación en arquitecturas que no estén orientadas a servicios siempre tendrá carencias porque pueden surgir múltiples problemas. Estratégicamente, la mayoría de las compañías son conscientes de que deben apostar por la gestión de los procesos de negocio, pero aún así, hace falta una apuesta sólida por estas soluciones para que cualquier empresa pueda maximizar las grandes inversiones que realiza en tecnologías de la información. El BPM emerge así como el elemento clave para proporcionar a las organizaciones la flexibilidad y la agilidad necesarias para responder de forma efectiva a los nuevos cambios y oportunidades del mercado.
Juan Castillo, director de ventas de WebSphere en IBM para España, Portugal, Grecia, Israel y Turquía