Asistencia técnica en Defensa
Para que un usuario no ejercite la opción de utilizar las ventajas que proporciona el uso de las prórrogas, debe encontrar demostrables razones que justifiquen otras conveniencias. Un supuesto que haría desaconsejable el uso de la prórroga sería el no estar satisfecho con el rendimiento de la empresa que presta la asistencia técnica, o bien ser suficientemente elocuente la tendencia a la baja de las tarifas en el mercado durante los años de duración del contrato previos a la posible utilización de prórrogas. Pero, el primer caso es difícil que se dé cuando la asistencia técnica es responsabilidad de empresas que, por su trayectoria, prestigio, y organización, tendrían mucho que perder si su comportamiento fuese negligente. Asimismo, en el tema de las tarifas, tendrían que concurrir una serie de circunstancias -que no han acontecido- para propiciar un descenso generalizado.
Actualmente, las tarifas por asistencia técnica, en todas las categorías profesionales, han ido experimentando un paulatino incremento al que, en cierta medida, ha ayudado la preocupación por el posible Efecto 2000. No obstante, ante concursos convocados en el ámbito de la Administración General del Estado con contratos de dos años y posibilidad, año a año, de irlo prorrogando por otros cuatro, algunas empresas lo han considerado como objetivos estratégicos para introducirse y poder mostrar su capacidad al cliente -con la vista puesta en posteriores contratos- y han hecho especiales ofertas. Pero no sucede siempre.