Arquitecturas escalables: un viejo sueño.
Desde la creación de la gama S/3x, IBM ha marchado en pos de la realización de un sueño largamente acariciado: la puesta a punto de una arquitectura del futuro capaz de abarcar todas las necesidades de los clientes, desde la informática móvil hasta grandes sistemas. Podría ser que la aparición del procesador Power, pusiera este sueño más cercano a la realidad.
Cuando la base del negocio del gigante azul, eran todavía los mainframes, ya se gestaba entre los ingenieros más visionarios de la compañía la idea de ofrecer a los clientes la posibilidad de migrar desde aquellos grandes monstruos hacia sistemas más pequeños, pero con las mismas capacidades.
El Futuro Sistema habría de tener las mismas capacidades que los sistemas basados en MVS pero con nuevos componentes. Podría considerarse el principio del downsizing.
Así las cosas, el fabricante puso en el mercado a principios de los 80 una familia de sistemas, que se constituyó desde el principio en un caballo ganador, el AS/400. A pesar de convertirse en un gran éxito comercial, este proyecto no colmaba las aspiraciones de IBM en cuanto a escalabilidad o interoperatibilidad.
Actualmente otra gama de productos, radicalmente diferente a la anterior, se perfila como la gran favorita para hacer realidad todos aquellos sueños. La línea RS/6000 equipada con el Unix propio de IBM, el AIX, combinada con el nuevo chip Power, pueden constituir la piedra angular sobre la que construir el Sistema del Futuro. De esta forma, por lo menos, piensan los ejecutivos de la división de estaciones de trabajo y sistemas avanzados de la multinacional norteamericana.
El centro de la nueva estrategia de IBM, estaría por lo tanto apoyado sobre dos pilares, la escalabilidad de AIX como sistema operativo y las posibilidades de las próximas generaciones de Power para alcanzar altísimas capacidades de procesamiento, o lo que es lo mismo Del palmtop a los teraflops.
Este proyecto no puede considerarse, sin embargo, original en cuanto que otros grandes fabricantes como Sun Microsystems, Digital o HP acarician el mismo sueño, la construcción de sistemas escalables multiproceso con capacidades cluster, basados en los actuales componentes de las estaciones de trabajo con tecnología RISC.
A pesar de ello, por el momento IBM cuenta con las mayores posibilidades de adelantarse al resto.
Desde la ventaja que da ser uno de los copartícipes en la fabricación del Power, hasta las capacidades de sus plantas de fabricación, el fabricante tiene todas las bazas necesarias para hacer que el viejo sueño se convierta en una realidad.
Solamente podría existir un obstáculo a salvar, tradicionalmente IBM ha intento situar siempre en el mercado sus estaciones de trabajo y servidores Unix como sistemas para el cálculo científico, separándolas de lo que son los entornos más comerciales y por lo tanto de los mainframes OLTP. Esta inercia de marketing, que no tecnológica, podría volverse en un momento dado contra el gigante azul.
En este sentido algunos analistas del mercado, consideran que resultará dificil cambiar la mentalidad de los usuarios. Esta puede ser una buena manera de ampliar las posibilidades de elección de los usuarios -opina un analista de IDC- pero en ningún caso, la intención de IBM ha de ser desbancar a los mainframes. Algunos usuarios corporativos de los grandes sistemas de este fabricante, como los bancos, se encuentran sopesando, sin embargo, la posibilidad de hacer la migración desde sus mainframes hasta servidores de altas prestaciones trabajando con el sistema AIX. Esta tendencia está siendo apoyada desde la división de estaciones de trabajo avanzadas y sistemas de IBM, por su propio presidente, Louis Gerstner, quien recientemente afirmó que la combinación AIX-Power debe de ser vista por los usuarios como un conjunto de tecnologías que en el futuro abarcará todas las necesidades de la informática, desde los palmtops hasta los grandes procesadores de teraflops.
IBM debe tener presente, no obstante, que la tecnología por si misma no dicta las tenedencias de mercado, sino que únicamente pone a disposición de los usuarios sistemas más rápidos, más seguros y más efectivos. Como ya se ha afirmado tantas veces desde esta tribuna, el cliente, en último extremo, es el que tiene la última palabra.