Arquitectura de bases de datos para PC, a repartir entre dos. Borland IDAPI versus Microsoft ODBC.

Sería redundante entrar en el presente artículo a comentar aún más el ya manido tema de la progresiva evolución, dentro del universo informático, desde lo que se conoce como arquitectura tradicional o centralizada hasta la arquitectura moderna o distribuida. Pero, amén de los propios procesos de descentralización, adecuación a la tarea y progresiva reducción de costes, en lo que respecta a la informática distribuida toman una relevancia capital las bases de datos -tampoco eran algo trivial, obviamente, en el mundo centralizado- y, más concretamente, la interoperabilidad entre sus componentes y las aplicaciones que tienen que hacer uso de ellas.

Independientemente de que sean o no distribuidas.

que el cliente hoy demanda compatibilidad y respuestas en tiempo real. Y lo que es más importante, una transparencia operativa lo más elevada posible que le haga olvidarse de la temperatura del agua, ya que desea caminar sobre ella. Así pues, el gato al agua se lo llevarán aquellos fabricantes que puedan ofrecer una solución dinámica, sencilla, flexible y, sobre todo, universal. Todo ello sazonado con herramientas potentes y muy integradas entre sí que permitan el desarrollo de aplicaciones realmente productivas.

Parece que este tipo de proyectos tienen en la actualidad dos nombres clave, con diferencia respecto a un posible tercer clasificado: Borland y Microsoft. O, si se quiere, IDAPI y ODBC.

Tanto IDAPI como ODBC, si bien difieren en estrategia y arquitectura, persiguen un fin similar: hacerse con la mayor parte del mercado cliente/servidor, recién nacido y que quizá atraviesa su época más receptiva, así como redireccionar los desarrollos futuros de terceras partes hacia sus propias tecnologías.

Cada una de ellas cuenta, por otra parte, con una ventaja primordial que les permite albergar esperanzas de victoria respecto de la otra: ODBC está ya disponible, ya existen procesos de desarrollo concretos que se han simplificado gracias a ODBC, al menos para algunas aplicaciones de bases de datos. Los que ya lo han utilizado le atribuyen como ventaja la posibilidad de escribir código que utiliza llamadas genéricas sin importar si el usuario está accediendo a datos en Paradox, dBase o SQL Server. En una palabra, ODBC independiza el tipo de base de datos a utilizar del tipo de herramienta de desarrollo que se quiere usar.

IDAPI, por su parte, no está aún disponible pero ya cuenta con un par de factores que le hacen muy interesante a los ojos del comprador potencial: en primer lugar, se trata de un sistema que permite trabajar con tecnología integralmente orientada a objeto, con lo que los resultados son más dinámicos y se opera más libremente, con un mayor índice de interactividad entre aplicaciones. Por otra parte, esta arquitectura consta de un elemento vital que le diferencia del producto de Microsoft. Se trata de Interbase, un corazón tecnológico que permite soportar procesamiento complejo en línea (OLCP, On-line Complex Processing), lo que ofrece capacidades únicas para gestionar arrays dinámicos y objetos binarios de gran tamaño. Y estas capacidades son esenciales para los nuevos desarrollos de aplicativos para bases de datos en los que se integran ya elementos complejos como imágenes, animación y sonido.

Como puede apreciarse, son importantes las posibilidades que cada uno de ellos tienen de conseguir un dominio futuro, pero quizá sea importante entrar un poco en cuestiones más específicas de cada uno desde el punto de vista técnico.

ODBC: ¿La garantía de un nombre?

Microsoft enfoca su estrategia desde su perfil bueno, a saber, el de los sistemas operativos y las aplicaciones para PCs. Su ya conocida estrategia Windows en todas partes toma cada día más sentido, a juzgar por la implantación de este entorno en el mundo de la informática (prácticamente omnipresente). Para el desarrollo de un estándar en la gestión de bases de datos, Microsoft no podía hacer otra cosa que aprovechar también el interface que le ha dado la fama, de forma que ha construido para sus clientes la Arquitectura de Servicios Abiertos (WOSA, Windows Open Services Architecture).

Con esta arquitectura se pretendía dotar a las aplicaciones Windows de un acceso congruente a datos y servicios desde ordenadores conectados en una red.

Hay que señalar que Microsoft no lleva mucho tiempo en el desarrollo de bases de datos, pero también es cierto que, como es habitual en ellos, tras adquirir tecnologías de terceros tarda poco más de un año en desarrollar tecnologías propias. Es el caso de Access, una base de datos para entornos desktop que sorprendió al mundo entero por cuanto era un desarrollo propio, escasos meses más tarde de tener en su poder la tecnología de la firma Fox Software (FoxPro) y de Sybase (SQL Server). FoxPro y Access han venido a competir directamente con bases de datos como las versiones básicas de Paradox y dBase entre otras.

Pero ahí no podía quedar todo: meses después Bill Gates y sus muchachos revelan al mundo que han estado trabajando día y noche para conseguir más que un gestor de bases de datos: nada menos que un conjunto de APIs para facilitar el acceso por parte de las aplicaciones Windows a los distintos servidores de bases de datos.

ODBC ha sido y será adoptado en sus propias aplicaciones por parte de muchos fabricantes independientes, y constituye la apuesta de Microsoft por el mundo futuro de las bases de datos para ordenadores personales y sistemas cliente/servidor, algo siempre respetable a priori por venir de Microsoft, pero que además ya ha empezado a dar sus primeros resultados. No obstante, Borland parece que aporta, cuando menos, una mayor gama de soluciones en IDAPI, el gran enemigo de ODBC y que, en este caso, sí cuenta con la experiencia de una compañía que ya es veterana en el desarrollo de este tipo de sistemas.

IDAPI ¿La veteranía es un grado?

Con este epígrafe no se quiere decir, al igual que en el anterior, que la tecnología de Borland en el campo de las bases de datos para PCs sea ni mucho menos despreciable, ya que se trata en cualquier caso de un fabricante con probada solvencia en cuanto a sus desarrollos. Lo que ocurre es que, al igual que en caso de ODBC, Borland cuenta con una ventaja determinada que ha de preocupar a su competidor. Así, si a Borland ha de preocuparle el nombre de Microsoft y la base instalada de sistemas Windows, a la compañía de Gates tampoco debe dejarles impasibles conceptos como dBase, Paradox, Interbase o BOCA.

Para empezar, IDAPI es un especificación que ha sido desarrollada por varios fabricantes (IBM, Novell y WordPerfect) y, aunque persigue los mismos objetivos que ODBC, lo cierto es que ya cuenta a priori con un compromiso más global.

Por otra parte, en el corazón de IDAPI se encuentra Interbase, un entramado de aplicación que ya hemos comentado anteriormente y que se lo pone difícil a Microsoft, por cuanto es el más apropiado para entornos donde actualizaciones y análisis de datos complejos se realizan simultáneamente. Interbase data, a efectos de Borland, del año 91, en que la compañía adquiere la firma con el mismo nombre, cuando sólo era un producto sin pena ni gloria. Borland vio, sin embargo, que en el núcleo de ese producto estaba todo lo que Philippe Kahn y los suyos necesitaban como engine para su proyecto.

Interbase, sería estudiada, analizada, mejorada, implementada y, lo que es más importante, tras convertirlo en toda una arquitectira integrada, se pasaría a adaptarlo dentro de la otra gran apuesta de Borland, que se circunscribe dentro del compromiso de esta compañía con la tecnología orientada a objeto: BOCA (Borland Object Component Architecture).

Para muchos programadores, el conjunto de herramientas de Borland constituye la elección perfecta para el desarrollo de aplicaciones serias con programación orientada a objetos. Esta tecnología permite co

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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