Amistades peligrosas

Crónica de las difíciles relaciones entre Bill Gates/Microsoft y Steve Jobs/Apple-NeXT

Cuando Steve Jobs presentó sus ordenadores NeXT, los analistas coincidieron en asegurar que era difícil una repetición del éxito del Macintosh. De hecho, aunque Steve Jobs hubiera adoptado correctamente todas las decisiones que se le presentaron, habría tenido problemas para conseguir un fenómeno similar al de Apple.

Steve Jobs no supo apreciar completamente la importancia de conseguir el apoyo externo de Microsoft o de una compañía de software similar con el fin de garantizar que hubiera suficiente software disponible al introducir al público un nuevo estándar de ordenador, incompatible con los existentes en el mercado. La aceptación por parte de Bill Gates de iniciar el desarrollo de software para el Macintosh antes de su introducción en 1984, había sido decisiva para su éxito, pero en esta ocasión Jobs no consiguió obtener el apoyo de Gates y Microsoft. Tampoco es que lo intentara demasiado. Cuando Gates visitó las oficinas de NeXT en el verano de 1987, en la época en que se estaba desarrollando el ordenador NeXT, Jobs le dejó esperando en la sala de recepción mientras se movía de manera conspicua entre diversas zonas del edificio. Los subordinados de Jobs estaban asombrados de ver como éste hacía esperar deliberadamente a Gates, queriendo indicar así a Microsoft que NeXT no necesitaba realmente su ayuda como compañía de software.

Sin embargo, esta trama era algo más que un simple acto de descortesía. Era el preludio de lo que sería más tarde una agria competencia entre ambos personajes por el poder en la dirección y control del sector PC, que había crecido varias veces en tamaño desde los tiempos de su colaboración inicial, cuando Jobs estaba aún en Apple.

Cuando Jobs finalmente presentó el ordenador NeXT al público en general a finales de 1988, Gates hizo un comentario despectivo sobre su rival: Así que ha instalado un microprocesador en una caja. Y qué?; y al preguntársele acerca de la unidad de discos del ordenador NeXT, que era una innovación para los PCs y utilizaba tecnología óptica suministrada por los japoneses, Gates se mostró igualmente despectivo: Todo el mundo puede hacer un cheque a favor de Sony. (Hay que hacer constar para la historia que el cheque se envió a Canon, no a Sony). Tampoco impresionó a Gates el color totalmente negro de la máquina. Si uno quiere color negro, siempre puede comprar un bote de pintura. ¿Estaría él dispuesto a desarrollar software para la nueva máquina de Jobs. Aquí, el comentario es difícilmente reproducible.

El sector acogió estos comentarios como pequeñas anécdotas, y las consideró comprensibles, dadas las muchas amenazas a las que se enfrentaba Microsoft en diversos frentes, desde una relación deteriorada con IBM y conflictos legales con Apple, hasta unas perspectivas dudosas para un nuevo software llamado Windows, A esto se sumaba la nueva máquina de Jobs, que invitaba a todo el mundo a abandonar el software del Macintosh y utilizar un nuevo estándar.

NeXT se había asegurado de manera ominosa el respaldo del asociado más importante de Microsoft, nada menos que IBM. En octubre de 1988, un analista del sector llegó a decir que la nueva relación IBM/NeXT era el riesgo más grande que corría Microsoft, y Gates está haciendo todo lo posible por destruirla. El enfrentamiento público entre Gates y Jobs prosiguió durante todo el año siguiente. Gates desechó las nuevas características técnicas de que hacía gala el ordenador NeXT como verdaderamente triviales y más adelante, cuando Gates y Jobs se encontraron en una reunión del sector PC intercambiaron comentarios poco amables por encima del representante de IBM, James Cannavino, que estaba sentado entre ellos. Cannavino comentó más tarde que se había sentido como si estuviera en Beirut.

No obstante, fue Jobs, más que Gates, el que se vio más perjudicado por el enfrentamiento. Cuando Gates rechazó el ordenador NeXT, NeXT se encontró privado de los considerables recursos de Microsoft para el desarrollo de nuevo software que necesitaba desesperadamente. Además, la fría respuesta de Gates fue un mensaje para otras partes interesadas, de que el lugar de NeXT en la galaxia PC sería sólo marginal.

Todo el mundo sabía que Gates estaba asumiendo un riesgo considerable en respaldar el Macintosh cuando éste fue introducido originalmente. Por lo tanto, su rechazo a respaldar a Jobs esta vez se interpretó como evidencia de que NeXT se vería afectado por un problema muy grave, al que Apple no había tenido nunca que enfrentarse. Sin embargo, Jobs nunca se mostró preocupado: Su lema era: Constrúyelo, y vendrán a comprarlo. Pero cuando se introdujo la máquina en 1988, no vino casi nadie, ni tampoco vinieron en 1989. Jobs tardó tanto en percibir la gravedad del problema, que esperó hasta 1990 para desechar el antiguo plan y crear apresuradamente otro, y otros más, hasta llegar al momento actual.

Equilibrar las cosas

No obstante, Jobs dispone de una fuerza que le ha ayudado a reestablecer el equilibrio de poder y dinero que había llegado a causar la separación entre ambos personajes-prodigio: Jobs era el revolucionario, la persona que se había asignado la misión de obligar al mundo a unirse a él y avanzar a grandes pasos en el área de la tecnología informática.

En contraste, Gates se mantuvo en su enfoque evolutivo, mejorando incrementalmente el software existente y permitiendo a los usuarios conservar durante más tiempo sus PCs. Cuando Microsoft introdujo una nueva clase de programa de software, con mucha frecuencia presentaba fallos importantes. No obstante, en versiones sucesivas se eliminaban los problemas y, mediante inversiones continuas y gran persistencia, el programa maduraba hasta convertirse en un producto bien recibido por el público.

Resulta lógico que Jobs y Gates sean considerados como dos personajes peculiares. El esquema que han establecido ambos consiste en que Jobs desbroza el camino, y Gates viene detrás, incorporando el avance revolucionario de Jobs de forma más modesta.

Cuando Gates y Jobs se reunieron en 1991 en casa de Jobs para un artículo de la revista Fortune en ocasión del décimo aniversario del Ordenador Personal IBM, ya era evidente un cambio en la posesión del poder, que había pasado a manos de quienes controlaban el software, en lugar de quienes fabricaban los ordenadores propiamente dichos. La ausencia de IBM de la cubierta del número aniversario de su propio Ordenador Personal y la sustitución de Jobs y Gates era una indicación de en qué medida había cambiado el sector informático.

Así se produjo también una disminución del enfrentamiento entre Jobs y Gates. Jobs seguía confiando en atraer a Gates para su causa, y Gates por su parte no tenía ya muchos motivos para preocuparse por la posibilidad de perder el compromiso exclusivo de IBM con Microsoft. La antes estrecha relación de ambas compañías se había quebrado, y parecía como si Microsoft estuviera en una posición mucho mejor después de separarse de IBM.

En 1988, cuando parecía que IBM iba a convertir el software NeXT en un nuevo estándar para sus propios ordenadores, Gates había descartado a NeXT de manera despectiva. Tres años más tarde, los alineamientos de fuerzas habían cambiado en tal medida, y el poder de Microsoft había aumentado tanto, que Jobs podía permitirse hablar con Jobs sobre NeXT sin rencor y sin la percepción de que se tratase de un desafío personal.

Cada uno de ellos manifestó al otro que había sido la prensa la que había inventado las animosidades y había asumido erróneamente que no seguían siendo amigos. Se trataba de declaraciones que requerían amnesia histórica, pero eran una buena indicación de que, al menos en aquellos momentos de 1991, ambos preferían la amistad al enfrentamiento. Aunque esta reunión privada fue la primera en mucho tiempo, los dos habían mantenido unas dudosas buenas relaciones por teléfono, que con frecuencia

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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