Amigos a los queme permito conceptuar de poco comprensivos...
Amigos a los que me permito conceptuar de poco comprensivos se quejan de que en todo acto al que concurran algunos profesionales de empresas suministradoras del sector, la crisis y los estragos que está produciendo se erigen en protagonistas de la conversación. Se preguntan; ¿es que todas van mal? Absolutamente no, pero a todas les va mal porque, en otras circunstancias, su facturación y beneficios irían mucho mejor. Tanto, que no hay otro tema capaz de desbancar a éste en la prioridad que se le concede y el tiempo que se le dedica. El privilegio de ir bien, no obstante, lo disfrutan algunas imperceptiblemente. ¿Cómo va, por ejemplo, la para muchos esotérica EDS en España? Según mis datos, puede haber crecido en torno al diez por ciento en el ejercicio económico que finaliza el 31 de diciembre de 1993. Lo mismo firma contratos plurianuales como el de Telefónica, por cuatro años y unos 3.000 millones de pesetas, que un proyecto de outsourcing a diez años por más de 3.000 millones de pesetas con la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Sevilla. El caso es sumar. No crece tanto como EDS en el resto de Europa pero, al parecer, no se le está dando mal aquí.
Conviene llamar la atención sobre lo que parece un mal endémico.
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Quienes etiquetan de poco educados a aquellos destinatarios de agendas que no tuvieron la delicadeza de llamarles para devolverles la felicitación con motivo de las navidades, deberían estar seguros, antes de prejuzgar, de que el envío llegó a sus teóricos perceptores. Los remitentes siguen sin comprender por qué extraña causa no reciben las esperadas llamadas ¿Será tan difícil?
