AENA se renueva
Una de las contrataciones de AENA perseguía la elaboración de un Programa de Seguridad de la Información y de las Comunicaciones para adecuar sus sistemas de control de información con las normativas y procedimientos tecnológicos que garanticen el perfecto funcionamiento de sus procesos informáticos, minimizando los riesgos e impactos que pudieran sufrir por diferentes causas. Disponiendo el usuario para lograr su objetivo de un presupuesto de 157.336 euros –moderadamente motivador para los potenciales participantes en el concurso, si se contempla exclusivamente su cuantía– resultó suficientemente atractivo para las compañías que, aceptando el PPT sin ningún tipo de dudas, valoraron estratégicamente la conveniencia de conseguir el contrato. Y, nada menos que treinta –entre las que se encontraba un significativo grupo de las más punteras suministradoras– creyeron en la equidad de la decisión. Pero es que, en el otro concurso –concebido para la contratación de una consultoría estratégica con el fin de elaborar un estudio orientado a definir los pasos a seguir por AENA en el negocio electrónico, su implantación, y los beneficios resultantes para la organización, con un presupuesto de 143.488 euros– también se evidenció interés por participar ya que, diecinueve empresas suministradoras fueron persuadidas asimismo por el correspondiente PPT para presentar las oportunas ofertas.
Está suficientemente demostrado, y contrastado, que el usuario sale siempre, siempre, ganando, si los posibles ofertantes no detectan tendenciosidad en la redacción del PPT, ni perciben movimientos supuestamente extraños por parte del cliente, o en torno a él, que hicieran aflorar sospechas respecto a la justicia en la selección de la oferta más ventajosa. Inspirar confianza a los suministradores favorece a todas las partes implicadas en la contratación pero, esencialmente, al comprador.