Adjudicaciones en AENA
Los últimos cambios en la cúpula de AENA y la posible culminación de unas contrataciones informáticas que vienen gestándose desde hace más de año y medio, vuelven a concentrar el foco de atención hacia los ambientes informáticos del organismo. Por causas sencillas de explicar -pero no tan fáciles de entender- se ha erosionado la tradicional tranquilidad que venían presidiendo las decisiones en las que participaban los profesionales de las Tecnologías de la Información del ente. Y no porque anteriormente hubiera carencia de controversias o ausencia de discrepancias durante las fases de evaluación sino porque las poderosas razones que emanaban de las pruebas o etapas de selección se convertían en testimonios prácticamente irrefutables desde el punto de vista técnico, y nadie de la cúpula, ajeno al tema, cometía la torpeza de intentar imponer un ganador diferente al candidato que, por méritos, hubiera alcanzado la mayor puntuación. Pero desde hace un tiempo, las incertidumbres y las dubitaciones en el terreno de las adjudicaciones informáticas parecen navegar por AENA, y entre el estupor y la perplejidad de quienes buscan las mejores soluciones, parece que se toman acuerdos disonantes según el criterio de los defensores a ultranza de que lo mejor es enemigo de lo bueno.
La llegada de un nuevo equipo directivo, en cualquier organización, puede conllevar la paralización o ruptura de proyectos iniciados, la revocación de decisiones tomadas antes de su incorporación y a punto de ejecutarse o la congelación de esperadas adjudicaciones que ya pasaron todas las etapas de valoraciones imaginables y están pendientes del último empujón. Los nuevos responsables informáticos del organismo deben entender que, si por motivos de prudencia y escrupuloso estudio de las diversas alternativas, retrasaron adjudicaciones cuyas evaluaciones habían sido reiteradamente analizadas y contrastadas, lo justo era dar una salida natural e igualitaria a todos los suministradores interesados para evitar agravios comparativos. Estimaron, en el tema de los PCs, que por el tiempo transcurrido la mayoría de los productos eran susceptibles de ser sustituidos significativamente y publicaron una nueva convocatoria para que los fabricantes tuvieran la oportunidad de demostrar su disposición a mejorar ofertas. En el caso del gestor de sistemas y redes -cuya convocatoria de concurso se produce en los primeros meses de 1996- se ha debido demostrar análoga elegancia, sensibilidad y sentido del pragmatismo. Los competentes profesionales informáticos del organismo no han llegado a entender -esperan que alguien se lo explique- que aun estando suficientemente probadas y valoradas las soluciones presentadas por los diferentes proveedores, no se haya optado por solicitar a todos los participantes mejora de oferta para que pudieran cumplirlo los capacitados para ello. ¿Quién lo impidió?
