30 años en HP
La rotación de profesionales en las empresas es un fenómeno inevitable, porque la casuística variopinta que la provoca está cimentada en las mejoras que se persiguen. En nuestro sector se aprecia ésta corriente de cambios y, por su frecuencia, no suelen llamar la atención excesivamente, ya que se considera un paso casi obligado para quienes se han diseñado una ambiciosa carrera profesional, y buscan nuevos horizontes con amplias perspectivas, donde poder desarrollar las dotes y virtudes que creen atesorar. Por eso llama la atención que una persona haya podido permanecer unos 30 años en una compañía, HP, y se marcha por imperativo inexorable de la edad, 65 años, después de una impecable trayectoria como vendedor. Sobre todo cuando ha gozado de la percepción de que le iban saliendo bien las cuentas, lo cual constituía un aval irrefutable de la eficacia de su trabajo. Puede sentirse muy satisfecho Terencio Gómez Cordero de su trayectoria en HP y de la estela que ha dejado, porque así se lo han corroborado alrededor de las 500 personas que estuvieron con él en un acto de despedida, impregnado de afecto y gestos sinceros. Tres generaciones de profesionales de la casa le acompañaron -desde los que abandonaron HP hace más o menos años para ocupar destacados puestos de dirección en otras compañías, hasta sus actuales compañeros- además de un elevado número de clientes que, todos ellos, venían a testimoniar los motivos de la reunión, con la siguiente síntesis respecto a las apreciables virtudes del homenajeado: extraordinario compañero; admirable servidor de sus cuentas; gran argumentador; y vendedor perseverante, entusiasta, con facilidad para transmitir credibilidad y generar confianza. Difíciles de encontrar casos parecidos.
