2006: el año de…

Nuevo año, nueva maqueta de ComputerWorld y nueva sección, cuantas celebraciones en una columna de tan sólo 2000 caracteres de los que ya he gastado cien. Y ante tanto honor me viene a la cabeza aquello que dicen que decía el quinto marido de Elizabeth Taylor en su noche de bodas: “Más o menos sé lo que hay que hacer pero no sé si estaré a la altura”
Como viene siendo tradición toca a estas alturas de la película tratar de elucubrar sobre lo que puede traernos 2006 en este sector nuestro en el que hacer previsiones es cada vez más complicado. 2006, el año del Estatut, y del “fumadores os... fastidiáis” como reza la rima del año, será tecnológicamente hablando el año del Windows Vista (antes conocido como Longhorn) y del multicore, de la virtualización y la madurez del open source, de la hora de la verdad para el Avanza (que forma parte del Ingenio pero esperemos que no sea muy Quijote) y la “última llamada” para el Conecta y por supuesto un año más de mucha seguridad y mucho outsourcing aunque en ambos dos entramos en una nueva ola. La seguridad deja de ser un gasto para ser una inversión, deja de mitigar miedo para construir confianza, deja de ser el traje nuevo del emperador que todo el mundo aprecia pero nadie es capaz de ver para ser un activo a entender, medir y optimizar. Igualmente en el outsourcing, cuando todos nos hemos dado cuenta de que si alguien es capaz de hacer todo lo que tú haces sólo que mejor y un 30% más barato o tú eres muy tonto o él es demasiado listo, empezamos a ver visiones mucho más avanzadas en forma de estrategias de sourcing que buscan la optimización de procesos con el outsourcing como una herramienta para conseguirlo. Del outsourcing como una herramienta para reducir costes o “sacarme de encima” procesos que no controlo a la externalización para buscar flexibilidad, capacidades de las que no dispongo o innovación en los procesos.
Todo esto en el año en el que los gurús hablan del “Efecto Google” entendido como la necesidad por parte de los proveedores de ser innovadores en lo que a comercialización y provisión se refiere, de ser capaces de convertir la tecnología en un servicio, de dejar de vender productos para vender soluciones. Si algo tiene Google (aparte de una capitalización bursátil de auténtico vértigo) es esa capacidad de reinventarse a sí mismo en cada nuevo servicio. Esa capacidad innovadora no ya en los productos o en la tecnología sino en la manera en la que esta se pone a disposición del cliente es la asignatura pendiente del sector. Un sector en el que el usuario corporativo tiene cada vez más dudas sobre la capacidad innovadora de los proveedores.

Jaime García Cantero, Research Manager IDC Iberia

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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