El nuevo marco regulatorio de la CE sobre telecomunicaciones no satisface a los representantes institucionales presentes en el congreso de ASIMELEC
La regulación propuesta por la Comunidad Europea sobre el sector de las telecomunicaciones no satisface y es demasiada intervencionista. Ésta fue la opinión generalizada manifestada por los participantes institucionales de la IX edición del Congreso Nacional de Telecomunicaciones, que se celebró ayer.
El Secretario de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, Francisco Ros, que inauguró el congreso, mostró su desacuerdo con la propuesta de reforma de la Comisión Europea (CE) para regular el sector de las telecomunicaciones en los países comunitarios. Ros además echa en falta en este nuevo marco la definición de conceptos claves como el acceso universal, el servicio de banda ancha así como el tema de las redes de nueva generación, lo que, según el propio Ros, provocará un retraso en el calendario para debatir estas propuestas. Las críticas de Ros a la reforma planteada por la CE fueron secundadas por las eurodiputadas del Partido Popular, Pilar del Castillo, mediante un vídeo, y la socialista Francisca Pleguezuelos, quien estuvo presente en el acto. Asimismo, Bernardo Lorenzo, director general de Telecomunicaciones, que habló de los proyectos de la administración para facilitar la introducción de la fibra en la última milla, también coincidió con Francisco Ros en las lagunas del marco regulatorio propuesto por la CE.
El tono del discurso de Martín Pérez, presidente de ASIMELEC, fue algo más positivo, ya que a pesar de incidir en la necesidad de nuevas formulas que eliminen en lo posible la regulación específica, permitiendo que el sector actúe como cualquier otro sector, facilitando la innovación, su desarrollo y la competencia, también destacó la aportación de las Telecomunicaciones como elemento esencial para el futuro de España y elemento estratégico para el cambio de modelo económico que necesita nuestro país. En este sentido, Pérez reclamó la necesidad de contar con el máximo apoyo por parte de los poderes públicos, “en unos momentos difíciles, donde es complicado abstraerse de las dificultades del día a día, pero en el que se debe seguir trabajando con visión de futuro, desarrollando las actuaciones precisas para poder salir mejor de la crisis”.