España camisa blanca

Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol. Martin Luther King

Ya lo escribió Víctor Manuel y lo cantó Ana Belén. Sentimientos y melancolía cargados de sin razón y acatamiento se entrecruzan en las diferentes frases que componen la letra de esta canción. Y es que, así estamos todos... a veces luchando por cambiar y otras veces asumiendo lo impuesto porque, en esto de las tecnologías y más en todo lo que tiene que ver con Internet, nos encontramos continuamente planeando y “jugando” a ser estrategas para que, al final, el mercado planee por nosotros.
Llevamos tiempo cambiando, evolucionando decimos los que formamos iWorld. En un mundo cambiante, dentro de una Internet cargada de inercia impulsora o destructora donde es muy complejo saber si frenar o acelerar... bueno, lo que tenemos claro es que no podemos salirnos de la carretera.
La Red surgió como una tecnología más. Potente, altiva, con grandes esperanzas en el mundo empresarial que nos hizo pensar a todos que debíamos apostar en ella sin medir las consecuencias. Y señores, las imprudencias se pagan...
El caso es que, casi todos, hemos aprendido la lección y sabemos que la tecnología, al igual que la bolsa tiene altibajos. Siempre debemos invertir o apostar por aquello que pueda subir y, ahora, desconfiar (y valorar) de todo lo que sube como la espuma, porque todos hemos visto como puede llegar una brisa suave y agradable, y terminar por convertir la espuma... en nada.
A esta alturas sabemos que Internet es el medio, un medio que “evoluciona” y que, también, es un niño caprichoso que precisa de muchas atenciones. Un medio que, entre todos, cuidamos para que pueda ser “alguien” de provecho cuando sea mayor aunque ya nos venga sorprendiendo con todo su potencial y muchos sepan que ya pueden servirse de él para todos sus proyectos.
Lo que está claro es que todos dependemos de todos, quizá Internet es el medio que más sinergias exige, que más colaboraciones requiere y que, por ello, muchos desisten de apostar por él. Se da el caso de que para funcionar adecuadamente en este medio precisamos de conocimientos técnicos, empresariales, de logística, de comunicación, marketing, etc. y además debemos saber qué conceptos predefinidos en el mundo fuera de la Red carecen de sentido dentro de ella.
Ya, sí, lo vivimos día a día, un negocio es un negocio esté en el medio en el que esté. Pero, a modo de ejemplo, antes de viajar infórmese y procure saber las costumbres del sitio al que va... se sentirá más seguro y podrá realizar las visitas más interesantes.
Me hace gracia pensar en la apuesta de algunos por la Red, o por “las cosas que rodean Internet”. Los empresarios y asociaciones apoyan su negocio porque a fin de cuentas es lo que les da de comer y olvidan en el camino sus éticas y sus compromisos con los demás.
Es lógico pensar entonces que aquéllos que terminan en el fracaso puede ser por dos razones: la primero es porque no apoyan a lo que rodea Internet y la segunda porque ellos mismos no se sienten apoyados. Cómo confiar en una empresa o asociación de Internet que no cree o apuesta por el resto de “compañeros de fatigas”... difícil de digerir pero cierto y, sin duda conocerá algún caso al igual que nosotros lo conocemos.
La esperanza, decía el dicho, es lo último que se pierde. Todos deberíamos seguir teniéndola porque aún existen empresas, asociaciones o usuarios que ponen su granito de arena en la Red.
Ya lo decía la canción y, sin meternos en política, creemos que se deben solucionar muchas cosas porque todos estamos dentro de una misma “España”.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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