10 historias ejemplares en Internet (I)

Eppur si muove

Internet sigue avanzando. Tanto el número de usuarios más de 500 millones en todo el mundo como la intensidad de su uso, crecen cada día. La tasa de crecimiento no puede ser la misma de años atrás, claro está. Los negocios en Internet ya no son una fiesta adolescente: la resaca ha dejado huellas. Con la madurez del mercado llega el momento de reflexionar sobre lo que se ha hecho mal y bien. En esta serie de dos artículos, iWorld pasa revista a una decena de experiencias empresariales exitosas, cada una con sus facetas y, por supuesto, con sus nombres propios.

Hace ahora tres años, en noviembre de 1999, un profesor de marketing en la facultad de Wharton, George S. Day, escribió un texto académico al que pocos prestaron atención y que ahora se convertirá en libro: Shakeouts in Digital Markets. "Los terremotos subyacen en todos los mercados de rápido crecimiento. Durante el período de auge, una plétora de competidores son atraídos por la perspectiva de crecimiento y las promesas de retornos excepcionales. Aun con el mercado atestado, siguen llegando aspirantes. Estos ingenuos confían en la ausencia de barreras, sin comprender que otros muchos ya están dentro o entran junto con ellos, en ese mismo momento. La realidad impone que el 80 por ciento de los actores del mercado desaparezcan por quiebra o sean absorbidos por otros. Este temblor es provocado por una combinación de crecimiento decepcionante, presión sobre los precios, degradación de la perspectiva de beneficio o insuficiente de recursos humanos o financieros".
Sería difícil encontrar una mejor anticipación de lo que estaba a punto de ocurrir y que, fatalmente, se hizo evidente a partir de marzo de 2000, con el pinchazo de la burbuja bursátil de las puntocom. "Sólo los más fuertes y más resistentes decía el profesor Day pueden sobrevivir a un terremoto". Su pronóstico se ha cumplido. Las puntocom han prosperado sólo en aquellos mercados para los que Internet representa un salto, un valor específico que se origina en aplicaciones o servicios que sólo pueden prestarse online. El corolario, según Day, es que las firmas tradicionales mantendrán su dominio sobre aquellos mercados en los que la tecnología de Internet, si bien reduce los costes y facilita las transacciones, no modifica su estructura básica ni su funcionamiento.
Han pasado tres años. No es propósito de este reportaje llevar a los lectores de paseo por el cementerio donde yacen miles de empresas víctimas del terremoto. Todo lo contrario: se trata de ilustrar a través de algunos casos ejemplares, cuáles han sido las claves de la supervivencia de unas empresas que han acertado en la estrategia a seguir en un mercado que, como en todos, el espacio es limitado. Y si la mayoría de este puñado de casos procede del mercado estadounidense, cada lector sabrá entender que es allí donde mejor se puede observar el fenómeno.
Con esta óptica, la quiebra de muchas puntocom, algunas de ellas muy notorias, lejos de certificar el fracaso de los negocios en Internet, pone de relieve los méritos de quienes han sabido dominar el arte de la navegación en aguas turbulentas. Esto es lo que en el lenguaje empresarial ha dado en llamarse "modelo de negocio". La accidentada historia de Internet muestra que ciertas estrategias han triunfado, y su descripción puede servir como antídoto contra el pesimismo que es propio de estas horas bajas de la coyuntura económica.

Buenas noticias de Yahoo!
El reciente anuncio de que Yahoo! [www.yahoo.com] ganó 28,9 millones de dólares en el tercer trimestre del año, el primero positivo después de siete períodos consecutivos de pérdidas, ha levantado el ánimo de mucha gente (y no sólo de sus accionistas). Los ingresos, por valor de 249 millones de dólares, superiores a las expectativas, han sido el fruto de los esfuerzos puestos en marcha el año pasado por el nuevo presidente de la compañía, Terry Semel, para explotar nuevas fuentes a la vista del descenso de la facturación publicitaria. Una parte de esos ingresos proceden de lo que muchas empresas pagan por patrocinar determinadas palabras clave en el buscador, que sigue siendo un componente esencial de este portal. Otro elemento que destacan los analistas es la entrada de Yahoo! en el negocio de las "páginas amarillas" y los anuncios clasificados. Pero la publicidad sigue siendo, al decir de Semel, "el pan y la mantequilla" de Yahoo! el 60 por ciento de sus ingresos como que es el líder de este negocio. Y, como las perspectivas de la publicidad en Internet son inciertas, hay que bucear en otras aguas. Por un lado, desarrollar productos que sean capaces de crear en los usuarios del portal el hábito de pago por servicios premium. Por eso, más que en el balance, hay que fijarse en la evolución de la cuota de mercado, un dato que confirma la tendencia a la consolidación que es como los gestores llaman al reparto de la tajada que dejan los que se caen de la mesa y en esto los resultados de Yahoo! son alentadores.
Con el tiempo, las empresas que sobrevivan al colapso de lo que algunos ilusos siguen llamando "nueva economía", deberán ser cada vez menos dependientes de los ingresos publicitarios y acertar en la concepción de su marketing. Tal como en la "vieja economía".
El modelo de negocio de Yahoo! es único, y por su propia naturaleza pisa el territorio de muchas otras empresas de Internet. Pero Semel prefiere el acuerdo al combate en campo abierto. Cuando todo el mundo suponía que no renovaría el contrato con Google, que

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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