X Congreso Mundial de Tecnologías de la Información

Finalizado el X Congreso Mundial de Tecnologías de la Información, celebrado en Bilbao, parece preceptiva la realización de un balance sobre los resultados alcanzados. No debe importar que estos difieran, en ocasiones, de los objetivos pretendidos por parte de los asistentes, ya que los deseos pocas veces se plasman en tangible realidad. Lo fundamental, e incontrovertible, es que los pilares básicos del éxito de un evento de este calibre, personas inscritas, participación de ponentes de relieve, desarrollo, y componente lúdico, se llenaron de luces y, las pocas sombras que se colaron, por su insignificancia y excepcionalidad, fueron ayudadas por la indiferencia general a que disiparan sus vergüenzas.

Los organizadores del Congreso tienen motivos para sentirse orgullosos por lo bien, y sincronizadamente, que han funcionado las piezas del complejo mecano, construido pacientemente durante los dos últimos años. Hasta en la elección de la sede, cuestionada desde otros lugares donde se consideraba disponer de una infraestructura incomparablemente superior, los hechos han demostrado no haberse equivocado. Se presuponía, y ha podido constatarse, que las autoridades sabrían aprovechar la ocasión, y se han volcado en todas las parcelas de su competencia, donde sabían que su gestión podría ser apreciada.

La asistencia masiva de especialistas del sector es otro refrendo a las virtudes del menú preparado por los organizadores. Ante el convencimiento del magnetismo que la composición del programa de trabajo ejerce sobre la persona que estudia la posible inscripción, se han esforzado por no defraudar a quienes esperaban ver correspondidas las razones de las raíces de su interés. Y lo han conseguido ya que la nota disonante dada por aislados francotiradores, que creyeron encontrarse en el marco adecuado para intentar la cacería de adeptos, haciendo apología de productos de sus respectivas compañías, fue censurada por quienes escucharon esas intervenciones. ¿Por qué acudir a estos subterfugios que siempre serán descalificados por la mayoría? El único pero, si es que lo hubo, estuvo precisamente ahí, en los contenidos de las ponencias.

Congresos como el recientemente celebrado en Bilbao son necesarios, y su continuidad a través de los años y el éxito de audiencia lo confirman. Pero, quienes acudan, deben ir con la pretensión de oír ideas, y comentarios sobre tendencias. Los ávidos de recetas, que pueden ser magistrales, tendrán que elegir otros foros.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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