Wikileaks, ¿el Robin Hood del siglo XXI?

Cuando aparece un fenómeno que puede llegar a hacer tambalear los cimientos de la sociedad moderna casi siempre llego a una rápida conclusión acerca de los motivos y su alcance. Mi actual inquietud es que no soy capaz de tomar una posición contundente frente al fenómeno Wikileaks. Lo único cierto e irrefutable es que la tecnología es la absoluta protagonista, sin su concurso el fenómeno no hubiera llegado a nada. No estamos hablando –como muchos apuntan– de un problema de seguridad tecnológica. Para nada. La seguridad no está siendo cuestionada. No se trata de ningún hacker. Se trata de una persona –Julian Assange– que ha utilizado todo el potencial que la tecnología para poner al descubierto las malas prácticas de los Gobiernos más poderosos del mundo. Y ahora es cuando surgen los interrogantes: ¿se trata de un mal uso de la tecnología? O, por el contrario, ¿es la tecnología la que está poniendo a cada Gobierno en su sitio? Y una ultima cuestión, y teniendo en cuenta que es la tecnología la protagonista de este fenómeno también se podría dar el caso de que su líder Julian Assange sea una especie de Robin Hood que va a llevar al extremo el término Sociedad de la Información permitiendo el acceso a ella a todos y cada uno de los individuos que pueblan este mundo o es un demente. Aunque, pensándolo bien, también podría ser las dos cosas perfectamente. Pero el gran interrogante es si esto es beneficioso para la evolución de la sociedad o es la tecnología la que está evidenciando que el modelo actual ha fracasado. Espero que el tiempo –no muy largo– me permita dar respuesta.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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