¡Viva el Country Manager!

Los últimos movimientos organizativos de algunas compañías del sector refrendan lo que muchos hemos estado defendiendo en numerosos foros: el Country Manager es una figura a potenciar en las empresas suministradoras de TI de nuestro país. No pongo en duda que las organizaciones matriciales aporten mayor dinamismo a las estructuras de las grandes corporaciones; ni siquiera cuestiono que las multinacionales puedan decidir ahorrar costes eliminando los sueldos de los directores generales de la subsidiarias. Por no dudar, no dudo que las consultoras de management tengan derecho a ganarse las lentejas. Lo único que pongo en duda es que este tipo de organizaciones resulten eficaces en nuestro país. Resulta evidente que existen mercados -y el español es el ejemplo paradigmático- en el que se hace casi imprescindible la existencia de una cabeza visible que aglutine la visión estratégica de la compañía y transmita una imagen única de la organización. Sé que sobre el papel los experimentos organizativos tienen mucho sentido, pero en la práctica, los grandes clientes españoles quieren tener un único interlocutor, un único punto de contacto que represente a toda la organización y que pueda escalar sus inquietudes y reclamaciones al resto de la Corporación. Internamente, se hace igualmente necesario un coordinador de iniciativas, un impulsor de políticas comunes que potencie las individualidades de las que se compone toda organización. De no existir esta figura, la imagen transmitida por la compañía se deteriora, el servicio a los clientes se resiente y la propia organización se paraliza. Sólo hay que mirar a algunas multinacionales del sector con este tipo de estructuras para apreciar cómo puede llegar a deteriorarse el funcionamiento de una organización por la imposición de un modelo que no responde a la idiosincrasia de un mercado como el español.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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