SOA: la base perfecta para la integración de procesos de negocio (BPI)

El objetivo de una arquitectura orientada a servicios, en inglés Service Oriented Architecture (SOA), consiste en conseguir una infraestructura de aplicaciones con un elevado grado de flexibilidad y capaz de adaptarse a requisitos que van cambiando con el paso del tiempo. Sin embargo, la tecnología de servicios reutilizables se halla sólo en sus inicios y el aumento de valor se deriva en realidad de una gestión eficiente de los procesos de negocio vinculados a ellos.
A primera vista, el modelo fundamental de SOA no parece constituir una novedad. Ni las soluciones que la han precedido ni las comerciales son capaces de cumplir lo prometido: una arquitectura flexible. En el seno de una arquitectura orientada a componentes, las funciones sustanciales de una aplicación se organizan como unidades de software a las que pueden acceder otros sistemas a través de determinadas interfaces. Aunque los servicios web constituyen una tecnología adecuada para la implantación de arquitecturas orientadas a servicios, no es admisible la ecuación «SOA = servicios web». También es posible implantar arquitecturas orientadas a servicios apoyándolas en otras tecnologías como CORBA o Enterprise Java Beans, luego SOA puede recibir la consideración de tecnología hasta cierto punto; más bien se trata de un modelo conceptual que posibilita la implantación de infraestructuras de TI complejas.

SOA como principio de diseño
SOA constituye un marco de referencia para los proyectos de integración. El principio fundamental sobre el que se apoya es generar la mayor flexibilidad posible con el mínimo esfuerzo. Resulta, por tanto, de suma importancia la estandarización de una arquitectura SOA en el contexto de los servicios web. Sin embargo, la mera adopción de una arquitectura orientada a servicios como principio rector no supone por sí sola que la integración sea plena. Y ahí precisamente es donde radica el verdadero reto: en cómo transferir un entorno de sistemas ya implantado a una arquitectura de servicios. Como con frecuencia la reutilización de sistemas ya implantados resulta totalmente inviable, queda por hacer lo fundamental, o sea, integrar todas las aplicaciones actuales y vincularlas a un proceso de rango superior.
La flexibilidad resulta crucial a la hora de construir una solución para la integración de procesos de negocio, y la reformulación de un entorno ya implantado como nuevo servicio garantiza, al mismo tiempo, cierto grado de reutilización. La mejor decisión puede ser la de inclinarse por soluciones preconfiguradas para la implantación de tareas de integración estandarizadas, como por ejemplo, el procesamiento instantáneo en la liquidación de carteras de valores, la gestión integrada de solicitudes en el caso de los proveedores de servicios de telecomunicaciones o las soluciones para el procesamiento de reclamaciones en el sector de los seguros. SOA se culmina con el control y la automatización de procesos de negocio con independencia de los sistemas operativos, y todo ello se traduce en una mayor flexibilidad durante la conversión de soluciones de integración.


G.Bouchon es director general de Vitria Technology en España.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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