Romper moldes
Sería de tal magnitud la trascendencia que podría tener en las Administraciones Públicas la utilización del modelo CPP, que no sólo permitiría abordar proyectos complejos en el campo de las TIC sino que, además, proporcionaría significativos ahorros presupuestarios. ¿Riesgos? Nosotros venimos diciendo que, en proyectos relacionados con las TIC, el riesgo podría encontrarse en activos de infraestructura –equipamiento hardware, software, desarrollos propiedad intelectual– no horas/hombre, como son los actuales de asistencias técnicas. Otros dos riesgos –el de disponibilidad y la demanda– son inherentes a muchos proyectos TIC, con la diferencia de que el primero sí suele ser exigido por la Administración, mientras que, el segundo, prácticamente nunca. ¿Cuántos proyectos se han hecho, terminado, probado, pagado, y no se han utilizado o no han dado el resultado esperado? Otros aspectos a resaltar dentro de este tipo de contratos son la duración y la compensación económica. En la primera, por la tipología financiera del contrato, su duración mínima es de cinco años, pudiendo llegar hasta más de veinte –números que encajan en los contratos de outsourcing en otros ámbitos–. En cuanto a la compensación económica, se contempla un precio base sujeto a deducciones por cumplimiento del servicio, muy similares a la fórmula que se aplica en cualquier contrato de outsourcing.
El estado de necesidad que afecta a los responsables TIC en las Administraciones Públicas –tanto en el terreno económico como para potenciar o iniciar proyectos– obliga a contemplar el modelo CPP como arma decisiva para que se pueda encarar el inmediato futuro con criterios posibilistas. Con la ventaja de que existen precedentes de los que poder sacar conclusiones: europeos como el PPPForum, creado en 2001 por empresas privadas para promover contratos en UK; o en España el ForoPPP Infraestructuras, creado para promover la cooperación entre el sector público y el privado, en el sector de obras públicas.