RFID rastrea oportunidades de negocio

La tecnología Radio Frequency Identification se basa en el uso de un pequeño chip adherido a un producto, a través del cual, es posible mantener un rastreo de su localización. La distancia de dicho rastreo varía mucho, dependiendo del tamaño, tipo y antena del chip, pudiendo ser de hasta varios kilómetros.

A la combinación de chip y antena se le conoce como etiqueta RFID, transponder o tag, que contiene la antena y el microchip. Ambos suelen estar colocados en un sustrato idóneo para el objeto al cual va a ser adherida la etiqueta, que se encarga de almacenar información del mismo. Cada producto lleva una etiqueta que dispone de un número identificativo único, a diferencia del código de barras que es el mismo para todos los productos iguales. El segundo elemento que forma parte de la tecnología RFID son las antenas y lectores, equipos estáticos cuyo objetivo es detectar las etiquetas cuando éstas se aproximan pudiendo llegar incluso a activarlas, es decir, leer y/o escribir sobre ellas.
Manuel Rodríguez Rodríguez, responsable de soluciones RFID de IBM España, explica cuál es el proceso: “cuando una etiqueta atraviesa un campo de radiofrecuencia que ha sido generado por las antenas estáticas, se activa y con la energía que absorbe de su propia antena, es capaz de realizar operaciones básicas. También puede responder emitiendo datos, que son capturados por las antenas estáticas, y que, a su vez, se transmiten a los lectores y de ahí a la infraestructura tecnológica correspondiente”. En definitiva, tal y como explica Josep Ramón Bonamusa, desarrollo de negocio SCM de SAP España, “permite la lectura de etiquetas que se colocan en un producto, en cajas o palés, sin necesidad de utilizar cables ni de abrir la mercancía para saber qué contiene”.
El paso de la información almacenada en las etiquetas a las antenas se efectúa gracias al soporte que ofrece la red EPC. Así, los sistemas informáticos, conectados a Internet, “preguntan” a la red EPC Global Network acerca de los detalles de los productos que han sido detectados. La Red EPC, que es una iniciativa de la organización EPC Global, quien asigna las diferentes radiofrecuencias a cada fabricante para cada uno de sus productos, “dirige esos sistemas informáticos hacia los lugares donde encontrar la información solicitada, en función de los permisos del solicitante y de la frecuencia captada”, explica Manuel Gallo, director de ventas y de desarrollo de negocio para el sur de Europa de Verisign. De esta manera, los sistemas informáticos pueden “tomar decisiones”, en función de lo que la información recibida suponga para el negocio.


Abanico de aplicaciones comerciales e industriales
Las compañías de logísticas, grandes almacenes de distribución o establecimientos de retail parecen ser, en principio, las empresas con más posibilidades de beneficiarse de las ventajas que ofrece esta tecnología, Sin embargo, y en función de las evolución de la misma, se prevé una ampliación de los sectores objetivos de aplicaciones, tanto comerciales como industriales. Y es que el uso de la tecnología RFID no se circunscribe solamente a la distribución, logística o transporte, sino que “muchas empresas utilizan RFID para usos domésticos, la detección de robos de productos en una tienda, o identificación de productos con códigos privados, por ejemplo”, según el director de ventas y de desarrollo de negocio para el Sur de Europa de Verisign. En definitiva, según Rodríguez, “con RFID es posible registrar y documentar datos de gran utilidad de las mercancías como el precio, el lote, número de serie, la fecha de caducidad o el estado de conservación del producto. Implementada con efectividad, la tecnología RFID permite reducir el inventario, disminuir los costes operacionales, aumentar la capacidad de reacción e incrementar la utilización de activos”.
Esta tecnología permite dotar de mejoras tecnológicas a cualquier parte de la cadena de suministro de una compañía. Manuel Guerreiro, director de desarrollo de negocio para industria en Sun Microsystems Ibérica, resume las principales ventajas, apuntando la “posibilidad de obtener información exacta en tiempo real de toda la cadena de suministro, con más medidas de seguridad y sin que ello ralentice procesos, ni sean necesarios recursos añadidos”.

Ventajas en los procesos de negocio
Se espera que la tecnología RFID ofrezca importantes beneficios a los sectores de distribución, fabricación, administración, sanidad y defensa gracias al ahorro que supone para toda la cadena de suministro. “Esta tecnología transforma completamente la manera de identificar y controlar los inventarios de los productos, sustituyendo los códigos de barras existentes en la mayoría de los productos y permitiendo un control automatizado y mucho más rápido del stock”, según Félix Benavides, director de marketing de Cisco Systems España y Portugal. En cualquier caso, hay muchas oportunidades de utilización de un sistema RFID, se puede utilizar en los aeropuertos para el seguimiento de las maletas o en un sistema dentro de los centros comerciales para alertar la salida del centro de un niño en caso de que se perdiera.
En la actualidad, las posibilidades de la utilización de RFID están en fase de evaluación y desarrollo, por lo que “en los próximos meses y años, veremos una proliferación en el uso de esta tecnología”, en palabras de Rodríguez.

¿Pérdida de intimidad?, uno de los handicaps a tener en cuenta
Existen aplicaciones que están dando mucho que hablar en USA y que han llevado a la creación de diversas plataformas en contra de la tecnología RFID o, al menos, que piden una legislación y unas normas de conducta para las empresas que actualmente no existe. Y es que parece que la privacidad de los compradores está en entredicho. Pero, eso no es todo. A la potencial pérdida de intimidad hay que sumarle posibles problemas medioambientales que reducen la calidad de la lectura y la falta de una completa estandarización que viene a ralentizar la adopción de RFID. Miguel Angel Sáez, director de negocio Sonic de Progress Software, añade a estos factores, “el coste de las etiquetas, y el riesgo que se corre ya que hay que tener en cuenta que se va a manejar una gran cantidad de información y se necesita preparar los sistemas para ello”. Y es que RFID va a generar un incremento del volumen de información que las empresas que pongan en marcha proyectos a gran escala deben asumir.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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