Pasiones telefónicas
El País 17-10-1994
Las tarjetas para llamar por teléfono se han convertido en una extraña pasión norteamericana de los noventa. Se vendieron por valor de 12 millones de dólares en 1992, llegando a los 65 millones en 1993, y la facturación alcanzará más de 325 millones de dólares en 1994. No sólo las compañías telefónicas disfrutan del éxito de esta modalidad; se ha desencadenado una fiebre de coleccionistas que algunas exageraciones comparan al interés que en Estados Unidos despiertan los cromos de jugadores de béisbol. Una tarjeta distribuida en la convención nacional del Partido Demócrata en 1992 para hacer llamadas por valor de un dólar se vende ahora por 1.700. En Estados Unidos se utilizan dos tipos de tarjetas. La de modalidad italiana, que se va agotando con las llamadas, y aquellas que carga el coste de la comunicación en la cuenta bancaria (..).
En la actualidad norteamericana, casi cualquier motivo parece oportuno para regalar tarjetas de este tipo. Existen de hecho sociedades no telefónicas cuya actividades producir tarjetas de diseños atractivos para venderlas en competencia con otras marcas. Quienes lanzaron, por ejemplo, su artículo con la efigie de Elvis Presley provocaron el nacimiento de Elvis Phonecard Club, al que se puede pertenecr pagando una entrada de 3.500 pesetas. Entre los judíos tuvo éxito la que reproducía la efigie del viejo rabino Menachem M. Scheneer, muerto este año. (..). La única condición que ponen los coleccionistas para empezar a tratar es que la tarjeta no haya sido usada antes.