Más de un millón de metros cuadrados de superficie bajo control

El aeropuerto de Madrid-Barajas invierte 25 millones de euros en un sistema de control de accesos

Los hechos del 11-S marcaron un antes y un después en la seguridad aeroportuaria. Conocer en todo momento los movimientos de las más de 50.000 personas que trabajan en el aeropuerto de Madrid-Barajas, con más de un millón de m2 de superficie bajo cubierta, exige el despliegue de un sistema avanzado que integre todos los dispositivos de vigilancia y que garantice los máximos niveles de seguridad a los operadores de los centros de control del aeropuerto.

La ampliación del aeropuerto de Madrid-Barajas y la creación de las nuevas terminales fue el momento indicado para que Aena asumiera la renovación de su sistema de control de acceso para todo el personal que opera en el aeropuerto. Si bien en un primer momento la organización se planteó la creación de un sistema de control de acceso nuevo para la terminal 4 y el satélite que fuera compatible y que se integrara con el sistema existente de control que daba servicio a las terminales 1, 2 y 3; finalmente, se optó por crear e implantar un nuevo sistema global de control para todo el aeropuerto. Tal y como señala Pedro Muñoz, responsable de la Unidad de Negocio de Barajas de Tecosa, “el sistema que estaba implantado representaba un 30% de todos los activos a controlar, por lo que con una ampliación de más de un 60% creímos que lo conveniente era hacerlo nuevo”.
Con un millón de metros cuadrados, distribuidos entre T1, T2, T3, T4, T4-S (terminal satélite) y 104 pasarelas de embarque directo, el aeropuerto de Madrid-Barajas es el mayor aeropuerto del mundo por superficie de terminales. Si antes de la faraónica obra civil de ampliación, las terminales 1, 2 y 3 estaban creadas para acoger a 30 millones de pasajeros al año, con el añadido de la terminal 4 y el satélite, el Aeropuerto de Madrid Barajas tiene una capacidad prevista para 72 millones de pasajeros, cifra que se espera alcanzar en el 2012.

El nuevo SICA
Más de 1.500 lectores de control de acceso y 40.000 tarjetas activas son algunos de los números de un proyecto en el que, según Ignacio López, jefe de la división de seguridad de Aena-Aeropuerto Madrid-Barajas, “el reto era conseguir la coexistencia con el sistema anterior, de forma que el usuario no se viera afectado, teniendo en cuenta que el aeropuerto estaba en operación y no podía pararse la actividad. Esto llevó a tomar la decisión de que el nuevo sistema funcionara con las tarjetas existentes durante el tiempo necesario hasta que se hubieran renovado en su totalidad”.
El nuevo SICA ha sido diseñado “a medida, con el objetivo de dotar al aeropuerto de un sistema que permita garantizar la seguridad aeroportuaria necesaria y controlar aquellas zonas críticas o susceptibles del aeropuerto, además de proporcionar la máxima información posible (y con la mayor fiabilidad) al personal de seguridad del aeropuerto para que, ante un evento, pueda desencadenar las acciones más adecuadas al mismo”, afirma Ignacio López. En este sentido, el SICA está constituido por diferentes subsistemas, todos ellos interrelacionados o intercomunicados, de modo que todo el conjunto funcione de forma integrada, complementándose entre sí. Los subsistemas son: subsistema de control de accesos (intrusión), cuyo objetivo es garantizar un acceso discriminado del personal a determinadas áreas del aeropuerto y registrar los datos de los usuarios que acceden a cada una de ellas; subsistema de Circuito Cerrado de Televisión (CCTV), para vigilar, de forma continua, aquellas zonas más críticas del aeropuerto, mediante el empleo de cámaras de vídeo, tanto móviles (domos) como fijas; subsistema de grabación, cuyo objetivo es registrar las cámaras del aeropuerto; subsistema de interfonía, que permite solicitar el acceso a una determinada área restringida del aeropuerto, comunicando con el personal de seguridad mediante un interfono o estación secundaria, integrado en los lectores de tarjetas magnéticas; subsistema de detección perimetral, que permite detectar el intento de acceso no autorizado al aeropuerto a través del vallado perimetral del mismo; subsistema de reconocimiento de matrículas, cuyo objeto es automatizar el acceso de vehículos autorizados a zonas restringidas del aeropuerto; subsistema de acreditaciones; y subsistema de gestión y control. “Este subsistema –tal y como señala el máximo responsable de la unidad de seguridad de Aena del Aeropuerto Madrid-Barajas es el núcleo de todo el sistema SICA, ya que es el encargado de comunicar e integrar los diferentes subsistemas entre sí, proporcionando la funcionalidad del sistema con las máximas prestaciones”.

Máxima disponibilidad y fiabilidad
El subsistema de control y gestión abarca todo el software, desarrollado por Aena, sobre el que trabaja el SICA, y toda la infraestructura hardware que soporta el sistema, y que Tecosa ha confiado a Fujitsu Siemens. “Contamos –explica Pedro Muñoz– con aproximadamente 30 servidores Primergy RX 30 en cluster. Los servidores más grandes gestionan las bases de datos, las aplicaciones y el GIS. Además, tenemos otro de reserva, que es el encargado de supervisar todos los servidores de zona y, en el caso de que falle alguno, coge todos los servicios de ese servidor garantizando la disponibilidad del sistema”. Adicionalmente, la infraestructura cuenta con otros servidores de menor tamaño, como los servidores de zona que gestionan todos los dispositivos de campo, o los destinados a la gestión de CCTV y a la gestión de la videograbación.
Además, el sistema cuenta con una controladora que es 100% operativa en local y que da soporte en caso de pérdida de comunicaciones. “Es lo que llamamos inteligencia distribuida –apunta el responsable de la unidad de negocio de Barajas de Tecosa–. Es decir, tengo un punto físico de control de acceso, controlado por un servidor de zona, de forma que si tengo un problema en las comunicaciones o en el servidor, la controladora es capaz de asumir 100% el control. Contamos así con un sistema en comunicaciones en red Ethernet y con tres niveles de redundancia en caso de fallo: el primero, la controladora; el segundo nivel, es el cluster en servidor de zona; y el tercero, el servidor de reserva, con lo que garantizamos la seguridad, fiabilidad y disponibilidad del servicio”.


Un proyecto de 25 millones de euros
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El proyecto del sistema SICA, que ha tenido una duración de dos años y medio y un presupuesto de 25 millones de euros más una cuota anual por mantenimiento de 1,8 millones de euros, pone de manifiesto “que habido una evolución tecnológica clara”, afirma Pedro Muñoz, responsable de la unidad de negocio de Barajas de Tecosa. “El sistema que estaba implantado representaba un 30% de todos los activos a controlar, por lo que con una ampliación de más de un 60% creímos que lo conveniente era hacerlo nuevo”, indica Muñoz. Una afirmación que refrenda Ignacio López, jefe de división de seguridad de Aena-Aeropuerto Madrid-Barajas, que manifiesta que “se ha conseguido crear un sistema que responde a la mayoría de las expectativas previstas y que permite implementar nuevas funciones que cumplen necesidades en su momento no contempladas”.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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