La Web semántica pondrá orden al caos de Internet
Es la evolución de la Web que conocemos hoy en día
Cuando allá por el año 1989 Tim Berners-Lee creó la actual Web, el origen era muy distinto al que hoy conocemos. En un principio, el objetivo no era otro que desarrollar un proyecto que facilitara el intercambio de información entre investigadores y no fue hasta 1993, con la publicación del navegador Mosaic, cuando la Red empezó a conocerse mundialmente. Desde entonces, Internet ha ido desarrollándose y pasando por diferentes etapas hasta convertirse en un medio de comunicación y de información que comparten miles de millones de personas en todo el mundo.
En los últimos años, el desarrollo de la Web 2.0, ha dado a Internet un carácter aún más social en el que todos los participantes de la Red tienen algo que decir. Sin embargo, en pleno proceso de adaptación a esta nueva web social, otro concepto por el que, según muchos expertos, pasa el futuro de la Red, aparece en el panorama virtual: se trata de la Web semántica. Según Jesús Contreras, director de innovación y responsable del laboratorio de iSOCO, la Web semántica “es la próxima generación de Internet, que permitirá que agentes de software trabajen por nosotros on line realizando tareas complejas de manera inteligente”.
Promovida por los mismos creadores de la actual Red, la Web semántica “añade información al contenido actual en forma de etiquetas y metadatos, de manera que el software especializado podrá realizar tareas en nombre de los usuarios”, señala Contreras. Así, reservar viajes, hacer la mejor compra, resumir noticias, buscar una ruta o gestionar nuestra agenda se convertirán en tareas automatizadas operadas en red y en colaboración con otros agentes. Para ser más concretos, en palabras de Jordi Torras, presidente de Q-Go para el sur de Europa, “la red semántica es una evolución del World Wide Web que conocemos hoy en día”. Para Torras, “actualmente el contenido de los sitios web se publica de forma desestructurada y sólo preparada para ser leída por personas. En cambio, los sitios web que cumplan con los requisitos de la web semántica podrán ser leídos e interpretados por agentes de software que podrán encontrar, compartir e integrar información fácilmente”.
Ordenar el caos
Se estima que, en la actualidad, el número de documentos existente en Internet es equivalente a unos 28 millones de libros, por lo que se ha convertido en un espacio donde se almacena cualquier documento desde cualquier parte del mundo. A esto, hay que añadir los documentos audiovisuales y la información que, cada día, cualquier usuario puede añadir y, de hecho, añade. A todo este conglomerado de información y datos, los expertos lo denominan web sintáctica, es decir, un conjunto de elementos enlazados entre sí. Sin embargo, a pesar de que existen multitud de buscadores que ayudan a encontrar la información, y de que cada día estos buscadores mejoran sus motores de búsqueda, aún queda un largo camino por llegar al momento en el que puedan proporcionar al usuario las respuestas exactas a sus preguntas. Entre los problemas a los que se enfrentan los buscadores actuales destaca la incapacidad para enlazar con la totalidad de páginas existentes, la poca precisión de los resultados de búsqueda y la necesidad de los usuarios de detallar de forma extensa la búsqueda. Todos estos obstáculos son con los que la Web semántica intenta luchar, ya que incorpora aplicaciones avanzadas que comprenderán las necesidades y preferencias de los usuarios y trabajarán en su beneficio con los recursos digitales de la red.
Desde finales de los años 90 se están invirtiendo muchos recursos en la creación de tecnología y estándares internacionales para la creación y gestión de metadatos. Según Contreras “lenguajes como OWL o RDF, basados en tecnología XML, permiten anotar contenido de manera formal creando modelos llamados ontologías”. Sin embargo, en palabras de José Miguel Fuentes, director general de The REUSE Company, “es mucho lo que falta por investigar y desarrollar para poder hacer de la web semántica una realidad”. Uno de los mayores problemas de la web semántica es el fracaso en su implantación frente a otras propuestas menos ambiciosas y limitadas como la web social o los microformatos.
A pesar de que son muchos los retos que aún quedan por alcanzar en este ámbito, con la gran cantidad de información que en la actualidad circula por Internet, es prácticamente imposible alcanzar la vorágine de información que se genera cada día de una manera poco estructurada. Por ello, para Fuentes, “es necesario crear una web paralela que se alimente de la Red actual y crezca a la par de manera organizada, de forma tal que llegará un punto en el cuál esta última reemplace a la primera”. Entre otras cosas, por el momento faltan recursos como ontologías y vocabularios de metadatos; la implicación de usuarios y empresas en su uso, mejorando la usabilidad; y reducir el gran número de propuestas duplicadas que confunden al usuario.
En definitiva, Internet ha evolucionado hacia modelos que eran imprevisibles cuando empezó su recorrido, como la aparición de portales como MySpace o YouTube. “Es difícil saber si la web semántica tal y como está definida hoy en día prosperará, aunque las ventajas para el usuario final son evidentes, y el concepto acabará imponiéndose”, añade Torras.
“Su disponibilidad real dependerá de las necesidades y tendencias del mercado“
Jordi Torrás, presidente de Q-Go para el sur de Europa
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La llegada de la web semántica al mundo de Internet no parece algo inminente. Para el presidente de Q-Go para el sur de Europa, “aunque los estándares principales están ya definidos y disponibles, la web semántica está lejos de ser una realidad hoy en día”. Y es que, según Torras, “desde que se empezó a hablar de esta tecnología hasta ahora, poco se ha avanzado en términos de implantación práctica”. Dada la naturaleza distribuida y colaborativa de la Red semántica, “su disponibilidad real dependerá de las necesidades y tendencias del mercado”. “Cuando las organizaciones perciban que adaptarse a la Red semántica significa un incremento de ventas, o ahorro de costes, la adaptación será masiva, pero, actualmente, esto no es todavía así”.
“El mayor reto de la web semántica es la aparición de modelos de negocio“
Jesús Contreras, director de innovación y responsable del laboratorio de iSOCO
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Al igual que la evolución de la actual World Wide Web en los últimos 15 años, “la Web semántica prevé un aumento exponencial en todos los aspectos de nuestra vida diaria”, señala Jesús Contreras, director de inno