La Web del futuro
La penetración, cada vez mayor, de la Web en nuestras vidas, está cambiando nuestra forma de comunicarnos, interactuar y hacer negocios. Se demandan cada vez más servicios innovadores sobre la base de tecnologías web que necesitan ser más rápidas, robustas, atractivas e interoperables. A su vez, estos servicios han de ser accesibles desde cualquier lugar, independientemente del dispositivo de acceso utilizado, y aquí es precisamente donde la aplicación de estándares se hace necesaria con el objetivo de garantizar una web interoperable y universal.
Son ya muchas las organizaciones, empresas y desarrolladores los que utilizan estándares a la hora de diseñar sitios web, pero aún queda mucho camino por recorrer. Éste es el caso, por ejemplo, de la accesibilidad web. Es cierto que la accesibilidad ha experimentado en los últimos años un avance importante, prueba de ello es que cada vez más, tanto la Administración Pública como empresas y desarrolladores web, se preocupan por proporcionar a los usuarios servicios accesibles, que sigan los estándares WAI del W3C. Esta preocupación por la accesibilidad nace del derecho de todos los ciudadanos a acceder a la información electrónica a través de la Web, es decir, el derecho a poder disfrutar de una Web universal y para todos. En lo que a acceso a Internet desde dispositivos móviles se refiere, nos encontramos con el surgimiento de un gran número de nuevos dispositivo, con características muy diversas, a lo que hay que sumar un número creciente de usuarios, con diferentes características, que cada vez más demanda una Web accesible, desde cualquier dispositivo, lo que genera la necesidad de crear aplicaciones que favorezcan la independencia de dispositivo y tengan en cuenta la heterogeneidad de las preferencias y limitaciones de los distintos usuarios y entornos desde los que interactuar con la Web.
Acceder a la Web desde cualquier lugar es una realidad, pero esta realidad se enfrenta a ciertas limitaciones cuando sobre la base de su desarrollo no se encuentra la idea de universalidad.
La Web fue diseñada para ser universal y es precisamente esta universalidad la que hace posible la comunicación, el intercambio de información y el desarrollo de aplicaciones dinámicas para todo el mundo, desde cualquier lugar, en cualquier momento y utilizando cualquier dispositivo, evitando de este modo problemas de interoperabilidad y también problemas de usabilidad.
Es complicado hablar con precisión sobre la futura evolución de la Web, ya que como hemos visto, en ésta se produce una compleja interacción entre tecnología y sociedad. No obstante, sí se puede afirmar que la Web seguirá tendiendo hacia la constitución de una plataforma cada vez más universal e independiente, tanto del dispositivo de acceso como de las características del usuario, y en la que la información esté estructurada en datos vinculados entre sí a través de formatos estándares, formando una gran base de datos.
Encarna Quesada es directora de la Oficina Española de W3C.