La crisis en perspectiva

En el mundo de la empresa y en las escuelas de negocio te aburren hablándote una y otra vez de Schumpeter y la destrucción creativa. El concepto ilustra la necesidad de renovación e innovación dentro del marco económico y empresarial. En 1942 el concepto no era nuevo, ya había sido introducido por Werner Sombart. Otro padre ilustre de la idea fue Marx, quien explicó el devenir histórico mediante un proceso espiral de desarrollo, seguido por una crisis que origina una nueva etapa de desarrollo; o Bakunin que sostenía que la fuerza destructora de lo viejo es la fuerza creadora de lo nuevo.
La destrucción creativa es el proceso de innovación que tiene lugar en una economía de mercado en el que los nuevos productos o métodos destruyen viejas empresas y modelos de negocio; sirvan como ejemplos Apple o Google. Hoy se acepta que las innovaciones son la fuerza que hay detrás del crecimiento económico sostenido, pese a que puedan destruir modelos de negocio o compañías establecidas. “El proceso de destrucción creadora”, escribe Schumpeter, “es el hecho esencial del capitalismo”.
La esencia del capitalismo es el dinamismo; un capitalismo estático es una contradicción. Schumpeter establece cinco casos de innovación: la introducción de un nuevo bien, la de un nuevo método de producción o comercialización, la apertura de nuevos mercados, una nueva fuente de materias primas, la creación de un monopolio o la destrucción de uno existente. Otro elemento de la innovación es el crédito. El proceso de innovación en los mercados de bienes y servicios coincide con la innovación financiera, lo que es un proceso arriesgado puesto que genera un ciclo de especulación y quiebra. Pero es un proceso necesario para la innovación.
La lección sería aceptar el cambio como inevitable y abandonar a tiempo los modelos de negocio moribundos intentando no morir con ellos, algo que sólo se logra iniciando procesos de destrucción creativa. Las crisis no son un proceso extrínseco sino intrínseco al capitalismo. Las observaciones de los especialistas muestran cómo unas empresas pueden hacer frente a la crisis y otras no. La diferencia entre unas compañías y otras está en el grado de preparación ante hechos que son por lo demás inevitables.

Moisés Camarero, director general de Compusof

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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