Jefes de proceso de datos: ¿un rol en crisis?

COMPUTERWORLD consulta con "headhunters"

De un tiempo a esta parte, muchas cosas han cambiado en la informática, y decirlo suena ya pesado. Sin embargo, una de sus múltiples consecuencias, seria y grave, no ha sido en exceso comentada. Se trata del papel tradicional del "JPD" (jefe de proceso de datos), que, en función de los mencionados cambios, podría estar sufriendo una crisis, cuando menos de identidad.

Sea como fuere, este semanario se puso en contacto con tres representantes de otras tantas firmas dedicadas a la "caza de talentos". Las opiniones, para todos los gustos, pero en la esencia se confluye: la cosa ha cambiado.

La primera pregunta para todos los directivos consultados es la misma ¿es cierto que, de alguna forma, las organizaciones demandan hoy más informáticos especializados en áreas concretas y menos "grandes jefes" del proceso de datos?.

La respuesta es similar en todos los casos, afirmativa.

Pero con matices. En primer lugar, Rafael del Corral, de la Research & Consulting, asegura sin titubeos que "el rey del proceso de datos ha muerto". "La razón hay que buscarla en la progresiva evolución de la informática en sí desde un papel oscurantista a otro mucho más lógico, e incluso comprensible". Como consecuencia, asegura Del Corral, el jefe de proceso de datos ha dejado de ser un todopoderoso ejecutivo, que bien podría ser comparable a un director de la CIA por la cantidad de recursos económicos y de información que maneja, y por lo ininteligible y recóndito del "modus operandi" de su equipo.

"Hoy, todo ese oscurantismo ha sido sucedido en el tiempo por una visión de la informática como una herramienta para proporcionar y gestionar información, con lo cual el responsable habrá de ser un hombre que conozca la compañía, sus necesidades".

También muestra su parecer Victoriano Vila, de TASA Internacional, que coincide en gran medida con su colega de Reserach & Consulting. "El movimiento del mercado en cuanto a JPDs ha variado, qué duda cabe, y actualmente es menor". "Sin embargo", matiza, "las compañías siguen necesitando información, quizá más que nunca". Con todo ello, el directivo coincide en el hecho de que "lo que ocurre, definitivamente, es que la forma de contratar jefes de informática es diferente".

Vila señala, en su opinión, tres factores importantes que han supuesto el punto de inflexión de que aquí se está hablando: "en primer lugar, hay que hablar de una desmitificación de la informática", señala el directivo, para coincidir con Del Corral. "Algunas compañías, en especial PYMES, llegan a gestionar su informática sin ver la necesidad de un jefe de informática, o, si lo hay, bien son varios dedicados a entornos específicos, o bien son los propios usuarios quienes realizan las labores de explotación".

Asimismo, el directivo de TASA Internacional asegura que la migración a modelos de computación descentralizados, así como la llegada de las grandes bases de datos al PC (terminal inteligente), y la aparición de Internet, han hecho de que el "know-how" sea hoy menos imprescindible que ayer. Por último, Vila señala que todo es cíclico; "al igual que en marketing y ventas hemos tenido un período de saturación por causa de los nuevos modelos de operar, también en el apartado de la informática estamos atravesando una importante transición en todos los sentidos".

Esta evolución de la que habla Victoriano Vila, está también reflejada en las opiniones de Enrique Bruno, de Russell & Reynolds. Sin embargo, Bruno atribuye una gran importancia al tipo de organización. "No ocurre lo mismo en una entidad de marcado carácter estratégico, como pueda ser un banco, que una pequeña o mediana empresa, donde los valores y objetivos son diferentes". Enrique Bruno es quizá el más escéptico de los tres directivos consultados, dado que no cree que la demanda para responsables de informática haya decrecido, aunque coincide con sus dos colegas en el hecho de la evolución experimentada y la modificación en sus pormenores. "El papel tradicionalmente apreciado en el JPD", asegura Bruno, "ha pasado de suponer un hombre poderoso, con un equipo grande a su cargo, a un tipo de hombre igualmente poderoso pero que ha de gestionar un presupuesto "abierto" a la dirección y a los demás departamentos de la organización, con un equipo quizá más reducido y que se integra, con todas las de la ley, en los presupuestos generales de la compañía".

El perfil del "nuevo jefe"

Una vez analizados dos importantes aspectos, el de la desmitificación de la informática y el de la descentralización de la misma, se toca un factor que precisamente viene derivado de este segundo aspecto: la descentralización de los sistemas de información en las organizaciones hace que la gran computación tradicional haya dado paso a un modelo de segregación por áreas, con la consiguiente necesidad de profesionales que se ocupen de cada una. Pero ¿esto motiva una modificación en el papel de los responsables de informática?

Enrique Bruno supone que sí, pero no cree que sea a la baja, sino justo al revés; "las atribuciones, con la nueva filosofía, son mayores si cabe, pero existirán más profesionales, digamos, dedicados a la jefatura de departamento". No obstante, el representante de Russell & Reynolds confirma el hecho de que, como en todo, se tiende a reducir personal, pero lo que hay que gestionar es más.

Por su parte, Victoriano Vila considera que la especialización por áreas hace que el movimiento de puestos sea más complejo. "Y, en algunas de estas áreas", señala, "la promoción interna puede ser una baza". "En definitiva", concluye, "gente con menos cualificación, pero es que, en el fondo no termina de ser necesaria una cualificación mayor". Vila deja a su vez un tema importante en el tapete: de acuerdo en que las atribuciones del nuevo jefe de informática son diferentes, y que la segregación por áreas contribuye, pero ¿cuál es entonces el perfil exacto de este jefe?

Apriorísticamente, el concepto de "tecnólogo" parece ser denominador común. Rafael del Corral señala en primer lugar que el poder físico del nuevo jefe sí ha disminuido "pero sería una falacia decir que también ha disminuido su poder fáctico". Por su parte, Enrique Bruno señala un aspecto trascendental. "Sí, ha de ser un informático, o al menos un personaje que conozca la informática a nivel global, eso es evidente". En efecto, este es un aspecto a tener en cuenta, porque, si se da por supuesto que el jefe de informática ha de ser conocedor de todo lo referente a este sector, también cabe preguntarse ¿es necesario que sea un informático puro?.

"Un informático puro en el más alto puesto del escalafón informático puede ser tan contraproducente como, por ejemplo, poner en este cargo a un ejecutivo de márketing", señala Bruno. Por su parte, Rafael del Corral señala que este responsable estará cada vez más en contacto con el mundo de las consultoras. "Los recursos internos tenderán a la especialización", señala, "en tanto que los nuevos modelos de organización informática invitan al outsourcing y al apoyo externo".

Y, a la tesis, una antítesis: este apoyo creciente en las consultorías, ¿no constituye también en cierto modo un atentado contra la figura del jefe de informática?. A este respecto, Enrique Bruno considera que "aunque puede producirse una reacción, lo cierto es que el apoyo de las consultoras no tiene porqué atentar contra la figura del jefe de informática; si éste mira por la empresa, su postura al respecto ha de ser positiva".

Telecomunicaciones: fundamental

Por último, y antes de esbozar una conclusión final, es Victoriano Vila quien señala otro importante aspecto dentro de las atribuciones del nuevo director de sistemas de información. "No debemos olvidar el hecho de las telecomunicaciones; el nuevo jefe de informática se diferencia del antiguo en que, mientras éste estaba especializado en ma

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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