iPAD: Play it again, Steve

Después de la impresionante aceptación del iPhone, el fenómeno iPAD merecerá horas de reflexión de analistas y de profesores con estudiantes en las aulas de los business schools. Será sin duda una fuente de ingresos extraordinaria y admirable en tiempos generales de recesión y de crisis. La iniciativa de Apple-Steve o Steve-Apple, nombres ya inseparables en el éxito, sugiere un repaso a algunos elementos singulares de esta iniciativa. En el mundo de la tecnología han sido hasta ahora las nuevas funcionalidades, las nuevas aplicaciones, la facilidad de uso y las novedades de los productos los elementos básicos de éxito. Pero no será este el caso del iPAD, que apoyará su éxito en una estrategia cuidadosamente pensada sobre capitalizar otros activos exitosos de Apple. El posicionamiento no lo sabemos. Ni nos importa si está entre el Palmtop y el Netbook, si remplaza a este último o si se solapa con el eBook . Sabemos que el tablet PC no es nada nuevo y que fracasó hace años. Sin embargo, todos intuimos que ahora será un gran éxito. ¿Por qué?. iPAD capitaliza las formas y estética del iPhone, copiada por casi todos los fabricantes de móviles. Se trata realmente de un iPhone grande. De un hermano mayor, con el encanto de sus mismas curvas e imagen. iPAD capitaliza el brutal inventario de aplicaciones de la iStore. iPAD capitaliza la genial iniciativa de de música de iTunes. iPAD capitaliza el deseo de poseer esta última maravilla tecnológica en un movimiento inconsciente del consumo y de la moda. Los técnicos seguimos preguntándonos qué pasa con la cámara de fotos, con las capacidades multiproceso y la duración de las baterías, pero no nos engañemos. iPAD cuenta con la fuerza del deseo. Con un lanzamiento de expectativas sin precedentes, donde más que un cacharro tecnológico, parecía anunciarse el gerovital definitivo. Chapeau por Steve-Apple.