Innovación, la asignatura pendiente
España podría (y debería) permitirse gastar más en I+D
Como en todo, en la innovación también hay excepciones. Algunas empresas españolas del campo de las Tecnologías de la Información (TI) tienen reputación de ser innovadoras. Si se les pide a expertos en TI que pongan ejemplos de empresas españolas innovadoras, muchos coinciden en citar el nombre de Indra, surgida en 1992. Se le considera el líder en servicios para la Administración; sus proyectos electorales son conocidos en todo el mundo. También los expertos nombran a Informática El Corte Inglés (IECISA), creada en 1988, que ahora cuenta con dos filiales: el fabricante de hardware, Investrónica, y la comercializadora, Telecor. IECISA tiene dos divisiones: consultoría y servicios, e infraestructuras de tecnología. La veterana Amper, fundada en 1950, es otra de las más citadas. Actualmente el grupo Amper es un importante proveedor de soluciones de comunicaciones civiles y militares. Otro grupo, el de Telefónica, tiene fama de estar entre los más innovadores. Su filial constituida en 1988, Telefónica I+D, está completamente dedicada a la investigación y desarrollo en el sector de las telecomunicaciones. Otra empresa castiza es Cibernos, del ámbito de la consultoría y los servicios informáticos; Cibernos trabaja desde 1966 en soluciones de gestión, desarrollo de aplicaciones y formación. Entre las más recientes, se cita a Infinitiy Systems, conocida por su marca Airis. Este mayorista español metido a fabricante de hardware, empezó en 1996 y tiene dos centros de I+D, uno en Guadalajara y otro en Taiwán. Además hay otras compañías cuyo capital ha dejado de ser español, como Logic Control, que inició su andadura en 1971 en el campo del software para pymes. En 2000 fue adquirida por Service Point Solutions y poco después pasó a manos de tres instituciones de inversión colectiva: las italianas 21 Invest Industrial y B&S Private Equity, y la inglesa, Sagitta.
A pesar de las excepciones, la innovación hecha en España parece ser la eterna asignatura pendiente. “Hay aplicaciones propias, incluso para salir al exterior. Quizás no han obtenido la recompensa esperada y hay un cierto desánimo (...) Faltan incentivos para invertir”, apunta José Pérez, director general de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y de Comunicaciones (ASIMELEC). La sensación imperante es de frustración. “En España, desgraciadamente, la mayoría de las empresas de tecnología que existen son todas filiales de multinacionales. El grado de inversión industrial que hay que manejar, en cuanto a fabricantes de hardware, es prácticamente imposible para la mayoría de los países seguirlo”, explica José María Insua, director de Servicios de Advisory de PwC.
A otros no les preocupa el pedigrí de las compañías radicadas en España. “A las empresas que están en las TI no les importa mucho de dónde viene su capital social, sino dónde desarrollan su actividad y qué personas emplean en ese sitio. Hay empresas multinacionales que están empleando aquí a miles de personas; son empresas que están aportando mucho valor añadido. En los años 80 y 90 han estado aquí aportando conocimiento a nuestro país”, comenta Josep María Vilá, presidente de Sedisi (Asociación Española de Empresas de Tecnologías de la Información). Hay que recordar, por ejemplo, que IBM lleva en España desde 1926, Bull desde 1962, HP desde 1971 y Fujitsu desde 1973.
De cualquier manera, en España debería haber más innovación en general y las cifras de I+D demuestran el retraso. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2002 el gasto interno total de I+D ha llegado al 1,03% del PIB (Producto Interior Bruto). En total se invirtieron 7.193 millones de euros en I+D, entre empresas, administraciones públicas, universidades e instituciones privadas sin fines de lucro. El 54,6% del gasto en I+D se hizo por empresas. La buena noticia es que por primera vez España ha superado la barrera del 1%. Aunque tampoco hay que hacerse muchas ilusiones, puesto que esta mejora se debe en parte a la aplicación de una nueva metodología que permite contabilizar los trabajos de I+D ocasionales de las empresas. Otra parte del aumento se debe a nuevos puestos de investigadores derivados del programa Ramón y Cajal y a plazas nuevas en las universidades.
“La empresa que no tiene programas de I+D es una empresa que prácticamente está muerta. Es la única forma de sobrevivir en un mercado que cada día es más competitivo, en el que la tendencia de los precios es siempre a la baja”, resalta Edmundo Fernández, Subdirector de ANIEL (Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones).
Si se observa la evolución del gasto en I+D en nuestro país desde 1978, según datos del INE, se ve que su importe en términos absolutos ha seguido una tendencia ascendente. Pero si se mira la evolución del porcentaje de gasto en I+D respecto al PIB, es patente que la mejora no ha sido tanta. Las cifras de gasto en I+D en España son inferiores a las que cabría esperar por el tamaño de la economía. En 1978 sólo era el 0,35% del PIB. En 1992 y en 1993 se llega a alcanzar el 0,91%, pero a partir de ahí se rompe la tendencia ascendente, e incluso en 1997 se baja al 0,82%. Esto demuestra que, aunque la economía española ha crecido mucho en estas dos últimas décadas, sin embargo, el esfuerzo en gasto en I+D no ha acompañado como debería.
Para José Antonio Fernández, socio de Accenture, “hemos progresado en el campo tecnológico menos que en campo económico en general, siempre en comparación con los países de la Unión Europea (...) Desde el año 2000 se ha producido una ralentización, e incluso una vuelta atrás, en todo el mundo. En el caso español parece que en estos últimos años estamos perdiendo un poco de posición relativa”. En otros países europeos se gasta más del 2% del PIB en actividades de I+D, es el caso de Alemania, Francia, Dinamarca y Holanda. El país europeo que más gasta en I+D es Suecia (más del 3,5% del PIB), incluso por encima de Japón y de Estados Unidos; y las empresas suecas hacen más del 75% del esfuerzo de ese gasto.
Volviendo a España, es el momento de analizar cuánto gastan las empresas de TI o relacionadas. Por un lado, el hipersector español de electrónica y telecomunicaciones hizo gastos en I+D durante 2002 por valor de 1.181 millones de euros (3,22% de la facturación), con un aumento del 11% respecto al ejercicio anterior, según ANIEL. Estas cifras engloban a fabricantes de electrónica de consumo, a fabricantes de componentes electrónicos, de electrónica profesional y de telemática, así como a operadores de servicios de telecomunicaciones. Este hipersector aportó el 16,4% de todos los euros que se invirtieron en I+D en nuestro país. En 2002, 10.521 perso