"¡Gran Hermano, necesitamos tu ayuda!"
Sin una oficina potente, capacitada y activa que gestione el programa del Año 2000, el trabajo de convertir las aplicaciones podría fracasar y arrastrar consigo la carrera profesional de muchos. Así lo creen las consultoras.
El problema no es que el trabajo para el año 2000 requiera nuevas capacidades exóticas de gestión de proyectos, sino que demanda de las capacidades de gestión de proyectos tradicionales más de lo que pueden ofrecer la mayoría de los directores IS, y este es el motivo de que sea tan importante, según muchos observadores, concentrar el dinero, la experiencia, la capacidad y la fuerza en una oficina de gestión del programa con el suficiente poder y con la aptitud necesaria para aconsejar y coordinar a los diversos directores del proyecto.
"¿Cuántos jefes de proyecto existen que no sean directores generales o directores de información, que hayan dirigido a más de 50 o 100 personas?", se pregunta la consultora Computer Management. Por su parte, Deloitte & Touche afirma que "muchos DSIs fracasan en algunas aptitudes de gestión, como el seguimiento de las fechas reales de comienzo y final". Y, para el Gartner Group, "las personas más cercanas a las aplicaciones serán las que deberán realizar el trabajo de conversión real".
Lo mismo que un Gran Hermano, una oficina para el programa del Año 2000 deberá constantemente transmitir a los directores superiores y a todos los demás directivos el mensaje de que ese trabajo es tan importante como los proyectos estratégicos a corto plazo.
Un ejemplo de la lucha
En Kaiser Northern California, el director de proyecto Rick Hunter se encuentra a mitad de la conversión de aproximadamente 15 millones de líneas de codificación. El personal de Hunter, que es parte de la organización IS de esta empresa de asistencia sanitaria, está realizando por sí mismo el trabajo en lugar de dejarlo a cargo de cada unidad comercial. "Es importante llegar rápidamente a un conjunto de estándares y metodología", señala.
