El nivel de formación en la empresa española está por debajo de la media de la UE
Solo un 36% de las empresas españolas ofrece formación a sus empleados
El nivel de formación que ofrece la empresa europea difiere según el país de origen. Así, en un primer lugar se encuentran Holanda, Reino Unido y los países escandinavos, con ratios por encima del 80%. En un segundo grupo se incluyen Francia y Alemania, entre el 70 y el 80%, y finalmente, se encuentra España, Italia y Grecia, que no llegan al 40%: estos son algunos de los datos recogidos por el estudio de Eurostat. En el informe se pone de manifiesto cómo el número de trabajadores ocupados formados es del 40% en la UE mientras que en España es del 25% (correspondiendo el 46% a grandes empresas y el 8% a la pyme). En opinión de Josep Capell, director general de Aula Dat, este panorama es fruto de que la formación se ve como un gasto y no como una inversión. “Si bien es cierto que durante la última década el sector ha experimentado crecimientos notables, sobre todo antes de la crisis, no es menos cierto que se debe en gran parte a las ayudas económicas facilitadas tanto desde las administraciones central y locales como de los fondos europeos”, afirmó Capell durante su intervención en unas jornadas celebradas en el Parc Tecnològic del Vallés. A su juicio, el año 2007 marcará un reto para el sector, ya que a partir de entonces dejarán de llegar a España una gran parte, si no la totalidad, de los fondos de cohesión europeos y, en consecuencia, las subvenciones a la formación continua.
Barreras estructurales
El problema no corresponde sólo a las empresas sino que existen también barreras estructurales dentro del sector de la formación que dificultan su posicionamiento en el mercado como son la falta de un sistema de certificación homologado y la puesta en marcha de incentivos fiscales y ayudas económicas que faciliten la inversión en formación. Por otra parte, la inclusión de la formación en TI dentro de las políticas de recursos humanos de una organización reporta unos beneficios cuantificables, en opinión de Josep Capell. En primer lugar, sostiene que, “las empresas con personal formado y certificado son más productivas e innovadoras. Además, la formación ayuda a motivar, comprometer y fidelizar a los empleados. En segundo lugar, permite alinear tecnología y estrategia en una misma dirección”.
Redefinir el negocio
Frente a esta situación, el reto que tienen ante sí las empresas de formación no es poco. Para Capell, esta nueva orientación pasa porque las empresas de formación “se posicionen como proveedores de soluciones y no como simples impartidores de cursos. Precisamente, Capell apuesta por un nuevo modelo de negocio alternativo basado en el concepto de consultoría de formación, que incluye, además de los cursos, un conjunto de servicios adicionales.