El Instituto Europeo de Innovación y Tecnología competirá con el MIT en el marco de la diversidad europea. Nace con un presupuesto de 2.400 millones de euros para los seis primeros años

El Instituto Europeo de Tecnología está cada día más cerca. La Eurocámara aprobó su creación la pasada semana con una novedad importante: la petición de los diputados de que se incluya en la definición del Instituto la palabra innovación.

En el año 2005, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Duräo Barroso, propuso al Consejo Europeo la creación del Instituto Europeo de Tecnología (IET). Para su creación, Barroso consideró que, “para alcanzar la excelencia se necesitan proyectos emblemáticos, por lo que Europa debe disponer de un sólido Instituto de Tecnología que reúna a los mejores talentos y empresas, y que difunda los resultados en toda Europa”.
Ahora, tras su aprobación por la Eurocámara, en una primera lectura, el IET continúa con su objetivo de fomentar la excelencia en materia de enseñanza superior, investigación e innovación dentro de la UE y de ser un órgano flexible en el que se formen licenciados y doctores, y donde se practique la investigación y la innovación. Además, con su creación, la Comisión persigue otro objetivo no menos importante: competir con el Massachussets Institute of Technology (MIT), un prestigioso centro que cuenta con los profesionales más destacados en el ámbito tecnológico (más de 61 miembros han recibido el Premio Nobel). Según señala en su blog Antonio Masip, diputado en el Parlamento Europeo por el PSOE, “la Comisión Europea ha propuesto la creación del Instituto como revulsivo a la innovación y, por ende, a la competitividad. Este instituto, que recuerda mucho al MIT, pondría en relación los tres lados del llamado triángulo del conocimiento: investigación, innovación y educación”.
Precisamente es en la palabra innovación donde los diputados han puesto más énfasis, pidiendo a la Eurocámara que se incluya en el nombre del Instituto. “La innovación es fundamental para completar el círculo de I+D+i”, señala Teresa Riera, diputada del Parlamento Europeo por el PSOE. Para Riera, “generar conocimiento es fundamental, pero es importante transformar ese conocimiento en calidad de vida para todos los europeos. Queremos hacer de Europa una economía basada en el conocimiento con tres patas: una medioambiental, otra de pleno empleo y una última social, basada en el bien estar y en la calidad de vida”. Sin embargo, según Riera, el MIT no puede ser comparable al IET: “La realidad norteamericana y la europea no tienen nada que ver. En Europa, estamos organizando una unión de estados en base a la diversidad, una realidad que no existe en EE.UU.” Aún así, “la idea es similar y pretende ser un foco de excelencia y de atracción de capital privado”.
Una de las realidades negativas que provocó en Europa la creación del MIT fue la fuga de cerebros a EE.UU. Para Riera, “desde hace tiempo se está trabajando parar frenar esa marcha de talentos, pero ahora, con el IET, junto con un mayor gasto en I+D y mayores infraestructuras, esperamos poder atraerlos”.

Financiación
El IET estará constituido por una junta de gobierno que seleccionará instituciones de educación superior, centros de investigación, empresas y otras organizaciones con las que formar asociaciones denominadas Comunidades de Innovación y Conocimiento (CIC).
El presupuesto que se asignará al IET para los seis primeros años desde enero de 2008 es de 2.400 millones de euros, financiados por fuentes públicas y privadas. Además, los diputados han llegado a un acuerdo con la Comisión Europea para que 308,7 millones procedan del presupuesto comunitario.
En cuanto a su sede, el Parlamento ha afirmado que el IET debe estar situado “cerca de los centros europeos de excelencia y de elevada reputación académica ya existentes, para aprovechar mejor la infraestructuraactual”. En este aspecto, en 2005, 130 eurodiputados propusieron que el IET tuviera su sede en los edificios del Parlamento Europeo en Estrasburgo pero, según Riera, no existirá una sede común, sino que cada uno trabajará desde sus centros respectivos, “aprovechando así los recursos repartidos por toda Europa”.
En definitiva, según Masip, “los europeos queremos conseguir en 2010 la economía basada en el conocimiento más avanzada del mundo”. Sin embargo, “tres años antes seguimos desnortados por mal camino. La inversión europea en investigación es del 1,93 % del PIB (1,13% en España) frente al 2,59% de EE.UU o el 3,15% de Japón”. Para Masip, “uno de los problemas fundamentales es la falta de inversión del sector privado”. Hecho que el IET intentará solventar.


La innovación es vital para la supervivencia del negocio, según IDC
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La importancia de la innovación en las organizaciones y sociedades actuales no sólo queda reflejada en el énfasis que los diputados del Parlamento Europeo han puesto para que se incluya en la definición del Instituto Europeo de Tecnología. Para Alfonso González, subdirector general de universidades e investigación de la Fundación Madrid I+D, “la innovación se ha convertido en el mito de referencia de la Sociedad del Conocimiento”. González dijo estas palabras en la “I Convocatoria de Innovation Forum 2007: Innovación Tecnológica y política I+D en España para la transformación de su empresa”, organizada por IDC en Madrid. Para González, “innovar es reinventar aquello que ya existe, no inventar, y todo aquello que quiera legitimizarse necesitará de la innovación”, por ello, “toda empresa que se considere competitiva deberá considerar la innovación como cultura a la que se le une la capacidad de anticiparse al resto del mercado”, señaló.
Por su parte, Fermín Montero, subdirector general de Innovación Tecnológica de la Comunidad de Madrid, señaló que “converger en renta y productividad con los países que nos superan en la UE, implica converger en esfuerzo innovador”, y recordó que el Indicador Regional Europeo de Innovación sitúa a la CAM entre las regiones europeas más innovadoras. “Madrid es un espacio único en España y una isla en la Unión Europea, situándose a la cabeza en el ranking de regiones europeas de innovación”.
Por último, Jaime García, director de análisis de IDC España, recordó que “seguimos pensando que ser español es un impedimento para la innovación tecnológica, pero no es así”. Para García, en un mundo como en el que vivimos, “la capacidad de innovar es fundamental para la supervivencia del negocio”, por lo que es necesario comprender que “innovar no es inventar, no es fabricar, no es crear y no es ser el primero; implica un cambio de valores”.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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