Claroscuros de una fusión
Mientras arrecian las críticas de los analistas y la preocupación de los clientes, los competidores de ambas empresas se frotan las manos anticipando un período de desorientación en el seno de la nueva compañía —lógico, por otra parte— que beneficie indirectamente sus ventas. Compañías como IBM y Sun —en el terreno de los servidores corporativos— y Fujitsu Siemens y Dell —en el de los PCs— se perfilan como los principales beneficiados de la desorientación que inevitablemente se adueñará de la nueva HP en los próximos meses.
Quince días después del anuncio de adquisición, lo que resulta evidente es que ni Carly Fiorina ni Michael Capellas han sido capaces de trasladar al mercado las ventajas de la operación: los 2.500 millones de dólares de ahorro que se conseguirán tras la fusión representan poco más del 3% de los costes totales de ambas empresas por separado. Además, la nueva Hewlett-Packard contará tras la adquisición de Compaq con un catálogo compuesto por cuatro arquitecturas de servidores diferentes, siete sistemas operativos incompatibles en algunos casos y cuatro arquitecturas de almacenamiento que compiten duramente entre sí. Por no hablar de unas organizaciones de servicios profesionales que han estado durante los últimos meses derrochando agresividad y luchando ferozmente entre ellas en un mercado cada vez más complicado.
En España, los máximos responsables de HP y Compaq remiten a los comunicados oficiales y aseguran que cualquier afirmación sobre el futuro de la nueva compañía entraría en el terreno de la especulación; tranquilidad, solicitan. Y, mientras tanto, los competidores de ambas empresas han afilado ya sus armas y preparan el asalto a los tradicionales clientes de Compaq. Desde luego, compañías como IBM tienen un terreno abonado en los viejos usuarios de Digital.