China
El gigante
La factoría de máquinas herramienta No.2 de Shangai, situada en una calle de difícil calificación en el centro de la gran ciudad del Este de China de la que recibe su nombre, aparece como un austero testimonio del énfasis del gobierno chino por adquirir más fuerza a través de la fabricación. El exterior de este complejo fabril de propiedad estatal, gris, e intimidante, podría servir de fondo para un documental sobre el Gran Salto hacia adelante del Presidente Mao.
Y no obstante, si uno se adentra dentro del complejo se observa que están teniendo lugar algunos cambios notables en la República Popular China (RPC). No sólo es el moderno equipo de fabricación importado e instalado en el enorme taller lo que indica los cambios. Quizás lo más indicativo sea lo que no se ve.
Han desaparecido las ominipresente banderas rojas que durante décadas habían exhortado a los trabajadores a esforzarse por la gloria del Partido Comunista Chino. Lou Xin, director de sistemas de información de la planta, sonríe ante la mención de las banderas. "Eso era en el pasado. Ahora lo que nos preocupa es el negocio," dice.
El énfasis en las cuestiones comerciales y en la apertura a los métodos de gestión y dirección occidentales ha convertido a China en un mercado atractivo para la inversión extranjera. Al evolucionar las empresas de propiedad estatal de la RPC desde modelos de ineficiencia centralmente planificados a empresas comerciales impulsadas y determinadas por el mercado, se están encontrando en competencia con un influjo de firmas extranjeras deseosas de obtener una participación en el enorme mercado de consumo chino.
Aunque las leyes chinas permiten ahora a las firmas extranjeras establecer subsidiarias de propiedad plena en el territorio de la China continental, lo que hacen estas firmas con más frecuencia es abrir oficinas de representación o enlace que responden ante subsidiarias localizadas en otras partes de Asia, generalmente en Hong Kong o en Singapur.
Cuando una firma extranjera opta por establecer operaciones de fabricación u otras operaciones de gran escala en la RPC, normalmente se asocia con una empresa china con el fin de facilitar el obligado establecimiento de una relación mutua. Esto ayuda además a navegar en torno a los obstáculos que son inherentes a la burocracia oficial en China.
Cualquier compañía extranjera que inicie operaciones en China deberá depender en gran medida de su departamento informático para afrontar una serie de problemas, de los cuales uno de los más importantes es la infraestructura subdesarrollada de comunicaciones del país.
Shangai Johnson Ltd. es una joint venture de ocho años de antigüedad entre S.C. Johnson & Son, Inc. (un fabricante de bienes de consumo de Racine, Wis. conocido por sus productos de limpieza casera) y la firma Shangai Daily Chemical Industrial Corp. Aunque Shangai Johnson es una firma antigua de acuerdo con los estándares de las joint-ventures chino-americanas, su director de Sistemas de Información, Kirk Wang, se enfrenta aún a problemas de comunicaciones.
Cuando Shangai Johnson se trasladó a una nueva localización en Shangai en el pasado mes de noviembre, el enlace dedicado de comunicaciones con la sede de la compañía en Wisconsin se mantuvo inactivo durante dos meses mientras la compañía esperaba recibir una línea cedida, dando lugar a bastantes clientes insatisfechos.
"Los empleados extranjeros tienen mucha experiencia con los sistemas de correo electrónico, y en China buscan ese mismo tipo de servicio," afirma Wang, explicando así una de las facetas de la necesidad de una línea cedida de 64K bits/seg. con Estados Unidos para la compañía. Conseguir la línea con el extranjero no fue ningún problema, ya que la Administración de Correos y Telecomunicaciones de Shangai ofrece el Servicio Comercial Intelsat Skynet para usuarios comerciales.
Lawrence Kwan, director de Sistemas de la Información de la firma Kodak (Far East) Limited en Hong Kong, está explorando la posibilidad de establecer una red WAN de área amplia para conectar las oficinas de enlace de Kodak en Pekín, Shangai y Guangzhou con su sede de China en Hong Kong y con la oficina regional Asia/Pacífico en Tokyo. Aunque su esfuerzo se encuentra aún en la fase de planificación, se muestra dudoso de las posibilidades de una implementación directa e inmediata sin haber establecido las conexiones adecuadas.
"Por lo que he oído, es bastante difícil obtener una línea privada cedida en China. En realidad, depende de la relación que la compañía en cuestión tenga con las autoridades de telecomunicaciones," señala Kwan.
En muchos casos, resulta incluso más difícil conseguir la instalación de una línea automática de voz sencilla. Aunque el gobierno chino ha firmado contratos de telefonía por valor de cientos de millones de dólares en los dos últimos años con empresas como AT&T, Northern Telecom, Ltd., Alcatel Alsthom de Francia y Telefon AB LM Ericsson de Suecia, diversos observadores advierten que se requerirán años para que China se ponga a la altura de los países occidentales. Incluso en ciudades grandes como Shangai y Pekín, conseguir la instalación de una línea telefónica requiere tres meses.
Falta de soporte. Aparte de lo inadecuado de las telecomunicaciones, los directores de informática que se establezcan en China comprobarán que no existen muchas carencias en lo relativo a la disponibilidad de tecnología. La mayoría de los vendedores de hardware, software y redes están presentes en la República Popular China, y la reciente liberalización de las normas de control de las exportaciones en Occidente ha eliminado prácticamente la barrera de la disponibilidad de productos. Lo que falta con frecuencia, dice Wang, es un soporte técnico adecuado.
Wang ha instalado una red Ethernet configurada con hubs de 3Com, un router 2500 de Cisco Systems y un multiplexor 3600 Mainstreet de Newbridge Networks Corp. Shangai Johnson tiene en funcionamiento aplicaciones NetWare 3.12 de Novell, incluyendo Microsoft Mail de Microsoft. Wang tiene también un AS/400 conectado a la red.
Sin embargo, aún no obtiene el soporte técnico que necesita."Muchas veces, los vendedores saben menos que nuestro propio personal, así que tenemos que depender de la sede principal para el soporte," dice.
Para otra instalación AS/400, de la firma China-Schindler Elevator Co. (una joint-venture a tres bandas establecida en Pekín por la empresa Schindler Holding de Suiza, la China Construction Machinery Corp. de la RPC, y la firma Jardine Schindler (Far East) Ltd., con sede en Hong Kong) el problema del soporte técnico no es tanto la falta de disponibilidad como el coste, que en el caso de China-Schindler resulta prohibitivo.
China-Schindler ha implementado con éxito el sistema BPCS, que es un paquete de planificación de recursos de fabricación (MRP) II de la empresa System Software Associates de Chicago. Li Wen Hua, director del centro de proceso de datos de China-Schindler, menciona con satisfacción las mejoras en la precisión de la contabilidad y en la eficiencia de la fabricación que ha obtenido su empresa desde que se inició la implementación del sistema BPCS por la planta en 1992.
Sin embargo, Li añade que su compañía y muchas otras en China no están en condiciones de mantener ese nivel de eficiencia a cualquier precio. "Las tarifas de soporte técnico de SSA son demasiado altas," dice. "Si insiste en estas tarifas elevadas, perderá parte del mercado."
El director de gestión de empresa de China-Schindler, Ge Man Zeng, dice que "MRP tiene en sí mismo algunas imperfecciones, por lo que una inversión diaria de 800 dólares para un consultor de soporte técnico no es económicamente satisfactoria."
Las cuestiones de soporte han desempeñado un papel clave en inducir a las firmas extranjeras a establecer sus operaciones de Sistema