Balances y previsiones
Respecto a la previsiones para el 2004, resultando más complejo su vaticinio, se pueden hacer cálculos aproximados respecto a lo que serán los datos finales, siempre que no surja un inesperado acontecimiento en el mundo capaz de distorsionar la economía. Por eso, para un escenario que podría considerarse más o menos normal –alteraciones de algún nivel, desgraciadamente, suelen producirse– hay indicios suficientes para esperar que el año recién comenzado proporcione a las compañías de nuestro sector el incremento del número de ventas tan anheladamente añorado en los últimos años. La reactivación tiene que producirse porque, habiendo mercados donde la demanda tiene que tirar con más fuerza –por ejemplo pymes y doméstico– las grandes y medianas cuentas, en general, han hecho ya todas los reajustes y cambios estructurales precisos para recortar costes, y tienen necesariamente que entrar en vía de progresivos cambios y actualizaciones si no desean correr el riesgo de perder el pulso competitivo. Incluyendo la propia Administración General del Estado que, para seguir mejorando está obligada a aumentar sus cifras de inversión ¿A qué esperan en algunos departamentos –caso, por ejemplo, del Ministerio de Defensa con su Plan Director de Sistemas de Información– para hacerlo ostensible?