Aumentar la calidad del software

Equilibrio en Tecnologías de la Información

El sector de las Tecnologías de la Información se encuentra en una situación de desequilibrio. Especialmente en el sector del software, donde demasiado poder ha ido a parar a manos de los vendedores, a expensas de los compradores. Los vendedores han conseguido debilitar el poder de los clientes, con frecuencia haciendo que el coste de cambiar del software de un vendedor al de otro resulte prohibitivo.

El software actual carece en gran medida de calidad, consistencia y simplicidad. Y, aunque se requiere un cambio con urgencia, los vendedores de software no lo llevarán a cabo voluntariamente. Para empezar, los vendedores consideran – erróneamente – que el cambio no va en favor de sus intereses. Los tipos de cambio que se requieren son provocados generalmente por problemas, y los vendedores no están sufriendo grandes problemas en estos momentos, ni los sufrirán mientras puedan continuar trasladando a los clientes el coste de una calidad deficiente. Y, en gran medida, los clientes no parecen estar demasiado preocupados tampoco por el desequilibrio inherente al sector. La economía va bien, y hay suficiente dinero en el sistema para hacer olvidar el gasto causado por ese desequilibrio. Si embargo, este status quo no es sostenible a largo plazo, a causa del elevado porcentaje de esa malversación; por ejemplo, los proyectos de software presentan una tasa media de fracasos superior al 25 por ciento.
En consecuencia, queda a cargo de los directores de Sistemas de Información o de los directores financieros –que deberían conocer mejor que nadie los problemas causados por una calidad deficiente– promover el cambio necesario en el sector.

Tratamiento de los síntomas
El problema del año 2000 fue simplemente un síntoma de los problemas de calidad y de gestión que subyacen en el mundo TI. La resolución de ese problema permitió, en el mejor de los casos, que los centros de proceso TI alcanzaran el lugar que siempre deberían haber ocupado y, en el peor, causó un deterioro aún mayor de los activos de información y un aumento de los costes operativos. La que se conoce como “escasez de personal de alta tecnología” es también en gran medida, aunque no totalmente, un síntoma de problemas de calidad y de gestión.
En otros sectores con deficiencias de calidad, es la competencia externa y algunas leyes incómodas lo que provoca la introducción del cambio. El sector del automóvil, por ejemplo, sólo buscó mejoras en la calidad y en las prácticas de gestión cuando sus problemas financieros causados por importaciones de mayor calidad y menor precio aumentaron demasiado. Y las reclamaciones legales originadas por automóviles inseguros y mal construidos hicieron aumentar también su motivación.
Los vendedores de productos TI y sus defensores hicieron todo lo posible para minimizar sus problemas del año 2000 mediante limitaciones a las leyes relativas a sus responsabilidades potenciales. Aparte de las cuestiones éticas, morales y legales que supone hacer que otros paguen por sus errores, lo lamentable es que este curso de acción legislativa elegido por los vendedores no permitirá probablemente alcanzar el efecto deseado de reducir la responsabilidad financiera total.
Pero eso no es lo peor. Para añadir el insulto a la injuria, al invitar a una intervención legislativa en el sector, los vendedores han establecido indebidamente la base para un futuro más complicado. Es probable que sea necesario enfrentarse ya para siempre a cuatro grupos, a menos que los tres grupos originales - los vendedores, los clientes y los profesionales de sistemas - puedan determinar la forma de auto-gestionar y equilibrar el sector en beneficio de todos. Si estos grupos se separan cada vez más unos de otros a causa de estas leyes, las repercusiones legislativas podrían dar lugar a que se exigieran licencias y seguro contra malas prácticas a los programadores, así como a estándares del gobierno para productos de alta tecnología y a organismos regulatorios para supervisar las operaciones TI. Cualquiera que piense que esto es imposible puede preguntar a los médicos, a los fabricantes de automóviles y a los fabricantes de productos químicos si pensaban que la intrusión por parte del gobierno era imposible.
Los clientes y, lo que es más importante, la Alta Dirección de las empresas usuarias, deberán actuar también con mayor responsabilidad. Así, tendrán que comenzar a gestionar la Tecnología de la Información como cualquier otro activo, prestando más atención a las decisiones, proyectos y prácticas TI. No obstante, la distancia de lenguaje y cultural entre los clientes de nivel ejecutivo y los vendedores es muy grande. La legislación que se aplicó para la transición al año 2000 y la amenaza de litigación por parte de las compañías que son usuarios finales no ayudarán a que los vendedores y los clientes se agrupen en colaboración.

Reuniendo a las partes
Los directores de Sistemas de Información deberán llenar el hueco o deficiencia de información existente entre los clientes y los vendedores. Ellos son la mejor esperanza para ayudar a esos clientes y vendedores a llevar a cabo los cambios necesarios en su comportamiento. No obstante, primero deberán también cambiar su comportamiento los profesionales de sistemas.
En la mayoría de los casos, los profesionales de sistemas adoptan decisiones de corto alcance, no importa el costo a largo plazo que resulte de ello para sus empresas. La consecuencia de esto es que los CIOs originan una gran cantidad de trabajo para sí mismos y para sus subalternos del área tecnológica, en un ciclo aparentemente interminable de “comprar y tirar”. Si lo que buscan estos directores de Sistemas de Información es calidad, deberán abandonar este ciclo mental.
Si los directores de TI no se liberan de su visión de corto alcance, podría suceder que alguien lo hiciera por ellos. La dinámica del sector está propiciando un cambio. El problema del año 2000 fue un importante aviso de los CIOs a sus empleados. Como consecuencia, una mayor proporción de los gastos en tecnología podría quedar bajo el control de otros ejecutivos. Así, Meta Group, estima que un 42 por ciento de los presupuestos en tecnología son controlados por unidades comerciales y no por departamentos TI. Este porcentaje es el mayor alcanzado hasta ahora, y era de un 22 por ciento en 1994.
Aunque muchos CIOs consideran este cambio como una amenaza, no tiene por qué ser así. Usuarios y vendedores necesitan colaborar más entre sí. Los CIOs tiene la oportunidad de convertirse en el nexo que mantiene juntas las relaciones entre vendedores y ejecutivos. Al final, esta tendencia podría ser positiva; es posible que los CIOs determinen por fin cuál es la mejor forma de alinear la Tecnología de la Información con el área comercial, y que alcancen las mejoras en simplificación y calidad que se requieren en los entornos TI. Aunque los estándares son parte de la solución, una gran proporción de la complejidad inherente al software es consecuencia de que los vendedores no se comunican entre sí porque consideran que es mejor dejar ligados a los clientes a sus productos. Los CIOs pueden contribuir a cambiar esto adoptando una mentalidad a largo plazo en lugar de a corto plazo. Si todo lo que desean los ejecutivos es algún nuevo producto de gran actualidad o algún patrón de medición rápido, eso es lo qu

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

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