Anuncios.

Reconozco que la primera vez que me topé con una valla publicitaria anunciando el procesador 486, junto a la carretera, a la entrada de Burgos, me quedé un tanto perplejo. Al lado de Ballantines y de la Semana de la Ropa Blanca, ahí estaba el anuncio del microprocesador, del nombre del microprocesador, en enormes caracteres, sin otro acompañamiento que el logo Intel Inside. Si tan escueto anuncio, pensé, es suficiente para movilizar al gran público a favor de la marca, es la confirmación de que, definitivamente, esto de la informática personal y los PCs se ha instalado en el reino del consumo y el supermercado, en el puro commodity que dicen los americanos.

Intel, desde luego, intenta distanciarse de la competencia con estas campañas. Pero ¿es acertado dirigirlas al gran público a través de la prensa y la televisión? Los primeros anuncios de ordenadores personales y de programas para PCs fuera del contexto de las revistas especializadas, ya resultaron chocantes en su día. Pero ahora se ha dado un paso más. Lo que se está promocionando ya no es el equipo, sino el circuito integrado, el mágico chip que hace andar el invento, la electrónica del ordenador a la que, hasta hace poco, el usuario no especializdo se refería como las tripas, las cucarachas...

¿Hemos llegado a un punto de cultura técnica e informática entre el común de los usuarios como para que estas campañas tan globales sean eficaces? Quién sabe, tengo mis dudas. Quizá hay un importante entorno de informáticos, estudiantes, aficionados, muy atentos a las sutilezas del hardware, a la oferta alternativa del Intel-compatible (AMD, Ciryx) que se ha generado recientemente, a las prestaciones brutas de los componentes y de los sistemas.

Pero tengo la impresión, por el entorno más inmediato que respiro, de que la gran masa de profesionales o de administrativos que utilizan un PC en la oficina y en casa está lejos de interesarse por los debates tecnológicos en torno al hardaware. Que los PCs del próximo futuro lleven un procesador Intel, RISC o Motorola les preocupa menos que saber si la informática que viene va a robarles menos tiempo y esfuerzo que ahora para resolver sus problemas. Si van a poder utilizar sin complicarse mucho la vida el correo electrónico, la red local, el acceso a la información del host, y esas otras maravillas hoy todavía rodeadas de inconvenientes y limitaciones para el profano. Aquí si hay trabajo publicitario por hacer.

Viñeta publicada el 20 de febrero de 1870 en La Flaca n.º 35 Tendencias

ny2 ACTUALIDAD

ny2 Sociedad de la información

Día de la Movilidad y el BYOD Coffee Break