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Desde hace tiempo se temía la llegada de este año por la sencilla deducción de que los eventos del 92 dejarían con los bolsillos vacíos a quienes tienen posibilidades de invertir. Pero nadie pensó que las vacas flacas adelantasen su llegada. Por eso, si nos equivocamos en las previsiones de este bisiesto que afortunadamente ya concluyó también podemos habernos equivocado frente al período que ahora comienza.
No se puede globalizar a la hora de comentar las expectativas del sector de las telecomunicaciones ya que habrá que dar, como mínimo, un tratamiento diferente al área industrial y al área de servicios. Del primero no quiero hablar en la forma telegráfica que exige esta columna, además sería insistir en aspectos que empecé a comentar en los medios de comunicación en los años sesenta, sin ningún éxito, puesto que se ha demostrado suficientemente que somos incapaces de valorar lo que representa disponer del adecuado tejido industrial con capacidad de crear su propia tecnología. Y aunque ahora se añaden otras causas, somos víctimas de nuestros propios errores. Aquí no cabe la improvisación.
Volvamos a los servicios, donde todavía quedan oportunidades porque la batalla que tiene que ganar nuestras empresas -alguna sobrevivirá- es la relativa a la competitividad y ante ese reto la posibilidad de convertir costes fijos en costes variables es una medida adecuada. Y obviamente, es por un doble motivo: sólo se incurre en ellos cuando son necesarios y segundo, los servicios subcontratados suelen ser menores por los costes totales propios. (Normalmente nos engañamos comparando mal).
Las empresas de servicios en el ámbito de las tecnologías de la información son depositarias de las herramientas y del saber hacer para que organismos, empresas, administración, añadan eficacia a sus acciones y así mejoren su cuenta de resultados.
Es la hora de dar el do de pecho. Esas empresas que pueden mejorar su productividad son el cliente-objetivo para el año que comienza y propongo que dejemos nuestro pesimismo colectivo actual pensando que un cambio en el entorno es una nueva oportunidad empresarial. Feliz año y que todos consigan sus objetivos.